Durante 72 años, el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (ITESIL) ha formado a cientos de estudiantes en diversas áreas del saber.
Esta escuela secundaria técnica ubicada en Dajabón, que está bajo la gestión de la Compañía de Jesús, cuenta actualmente con una matrícula de 564 estudiantes, los cuales se forman en cinco áreas específicas.
Al graduarse del politécnico, los jóvenes salen preparados para insertarse en el mundo laboral, lo que se traduce en mayor desarrollo económico en esta zona fronteriza del país.
El padre José Ramón López, director general del ITESIL, explica que este centro nació como una escuela agrícola, pero que actualmente ofrece formación en informática, mecánica industrial, ensamblaje y construcción de muebles, enfermería y agricultura.
Señala que la escuela está dentro del formato de tanda extendida, por lo que los estudiantes cuentan con ocho horas diariamente para formarse en un bachillerato técnico.
Sin embargo, esta ardua labor de enseñanza se ve empañada y no crece debido a falta de recursos.
Detalla que la subvención que reciben del Ministerio de Educación solo alcanza para cubrir un 70 % de las demandas del centro.
Deplora, además, que los 50 maestros y técnicos con que cuenta el centro devengan un salario inferior al establecido, debido a que no es posible pagarles lo que corresponde.
Sobre la infraestructura, explica que debido a la antigüedad del lugar, en diversas ocasiones ha pedido que se construyan aulas nuevas, así como laboratorios, y explica que no es una escuela únicamente para Dajabón, sino que es un centro regional, ya que recibe estudiantes de dos provincias esenciales: Santiago Rodríguez y Montecristi. Pero también hay estudiantes de Santo Domingo, Bonao, Valverde Mao y de Puerto Plata. Dice que como institución tienen un sueño: Que se termine el laboratorio de lácteos que hay en el politécnico. Su conclusión, dice el padre López, permitiría ofrecer la mención de procesamiento de alimentos a los estudiantes interesados en esta área.