A sus 75 años, el veterano actor teatral Iván García puede darse el lujo de mantenerse activo y seguir entregándose en cuerpo y alma al teatro, un arte que ha marcado su vida y que conoció cuando era un jovencito de 16 años.
“Mi vida ha sido tan rica, he trabajado tanto y he tenido tantos éxitos. Yo nunca he hecho un disparate y le agradezco a Dios eso, porque me ha enseñado a escoger y a trabajar hasta los límites de mi fuerza”, señala el talentoso actor, quien indica que aunque su cuerpo se cansa, su mente sigue en perfectas condiciones.
Cuando apenas le falta un año y medio para celebrar sus seis décadas de presencia ininterrumpida en las tablas, Iván agradece a Dios que le haya dado talento y arrojo para seguir activo en su carrera. “Yo nunca confíe en el talento en sí, sino en el trabajo y en arriesgarme a hacer las cosas y en no tenerle miedo a nada, y Dios me ha premiado con una salud envidiable”.
Su vida, según dijo, ha sido bella y feliz, pero no ha estado exenta de problemas. También ha visto morir a sus amigos, ha visto la guerra… todo esto lo ve como una forma para probarse que aún en las adversidades existen cosas buenas, que lo hacen feliz.
Desde su tierna infancia, el veterano actor ha sentido inclinación por el arte en sentido general. Además de actor, Iván es pintor, es músico e incluso ha compuesto música clásica. La pintura y la música las define como asistentes de su estado anímico. “Me gusta pintar cosas hermosas y escapar”.
Su llegada al teatro. Mientras vivía en la calle 19 de Marzo de la Ciudad Colonial, en la vida del reconocido actor ocurre un hecho que definitivamente marcaría su vida. Al director español Julio Francés, quien había salido de su patria huyendo del dictador Francisco Franco, le encomendaron montar una obra y él escogió “El gran teatro del mundo”, de Pedro Calderón de la Barca. Francés, quien era vecino de la familia de Iván, decidió incluir en esa producción a los residentes de su sector. Para esa época el actor tenía 16 años y le ofrecen el rol de El Pobre.
“La hicimos en el auditorio del Colegio de Señoritas Salomé Ureña. Esa fue mi noche inaugural y recuerdo que al otro día salió una crítica que decía: “quien comienza así va a tener un camino muy largo” y yo me lo creí”, afirma Iván, quien en su extensa carrera ha participado en más de 270 obras. “Yo he hecho de todo, desde el teatro más clásico hasta la Edad Media, la época romántica, el Siglo de Oro Español, los románticos del siglo XIX, el teatro moderno. Yo he trabajado en todo”, dijo satisfecho.
De todos los personajes que ha hecho, Juan Pablo Duarte es el que más le ha marcado. La primera vez que lo personificó fue en la obra “Duarte, el fundador de una República”, de Franklin Domínguez.
Le gusta el teatro que deja un mensaje y que contribuye a que la audiencia pueda cambiar en algo. No le gusta la comiquería en el teatro.
Exhortación. Iván le exhorta a la gente que trabaja en la televisión y que quiere hacer teatro a que traten de hacer mejor su arte. “Ellos se han enviciado con un tipo de asunto que no los obliga a mejorar. El público se siente satisfecho con lo que ellos hacen y ellos se creen que han llegado a alguna parte”, señala el actor, quien en ese sentido dijo que muchos tienden a desaparecer por haraganería y por su falta de visión artística y que sólo permanece un grupo muy pequeño.
Ganador. Recientemente, Iván fue reconocido por la Fundación Corripio con el premio Arte, en la categoría Teatro. Recibirá un millón de pesos, una estatuilla y un diploma, premios que acepta feliz. “Yo estoy muy agradecido con el reconocimiento en sí y porque pude resolver un montón de cosas”, indica sonriente.
ZOOM
Obra
“La dama de negro”
Iván García da vida en esta producción al director John Morris, quien trata de ayudar al abogado Arthur Kipps (Exmin Carvajal) para que a través de la actuación pueda contar a sus amigos y familiares una serie de hechos. Y en medio de todo esto la Dama de Negro (Gianni Paulino) se ha convertido en el horror de un pueblo. “La historia se va desarrollando en medio de sustos, gritos y miedo, todo muy película. Pero también he visto gente llorar”, indica.
El veterano actor asegura que de esta obra le ha gustado el acierto formidable de las proyecciones de imágenes en la parte trasera del escenario que parece cine. “Esto ha sido un gran logro”.