El cientista geopolítico Iván Ernesto Gatón mira al mundo con preocupación y agudeza, y lo hace consciente de que la ambición y el egoísmo conducen a conflictos bélicos que dejan sangre, despojo y dolor.
La sinrazón se hace patente en los grandes grupos del crimen organizado del planeta, observa él. Esos grupos están enquistados en el sistema económico y financiero global, y son determinantes en las decisiones mundiales.
Su criterio es que el mercado solo conoce beneficios y deshumaniza las relaciones personales. Por eso es necesario que el Estado lo regule, para evitar que la “mano invisible” devore todo. Al mercado nada le importa: es una máquina de intereses y beneficios.
No solo eso: el analista estima que sin cambio individual no puede haber cambio social. Por tanto, apela a la conciencia de la humanidad.
Lo que Gatón se propone es una revolución moral que rehumanice lo ya deshumanizado. Así pues, su visión procura una nueva humanización de la humanidad, para evitar que la ambición destruya la esencia del ser humano.
“La cosmovisión que permite sumergir al planeta en el actual caos político, económico y social, la vemos representada en el complejo fenómeno del terrorismo yihadista que, como lacra, no solamente lo padece África y Asia en sus más altos niveles, sino también América del Norte y Europa, y por vía de consecuencias, lo padecerá toda la familia humana”, apunta.
Gatón desgranó sus ideas durante una conferencia pronunciada en España. Allí proclamó: “La República Dominicana necesita una revolución de valores”.
Esa afirmación realza la necesidad de rescatar los valores morales y la confianza en las instituciones.
Aún más: el analista también promovió una profunda reflexión sobre las contribuciones individuales al desarrollo social y humano.
Para esto formuló dos preguntas: “¿Qué puede hacer mi país por mí? ¿Qué puedo hacer yo por mi país para mejorarlo?”.
Ambas interrogantes recuerdan lo expresado por el expresidente estadounidense John F. Kennedy. Éste declaró: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”.
El anhelo de Gatón es una revolución de valores que remueva la conciencia individual. Solo la conciencia individual será capaz de revertir la deshumanización y la “cosificación” de los valores humanos.
Su postulado se resume así: el ser humano tiene un valor intrínseco, pues vale por sí mismo y no por lo que tiene. Así pues, Gatón concibe toda una filosofía crítica del mundo y postula una revolución del espíritu humano.
Esa visión condena el complejo militar-industrial, las guerras de rapiña y el saqueo de los pueblos.
Para el experto vivimos en un planeta-patria: cualquier cosa puede repercutir en el mundo. Ya nada es “ancho y ajeno”, como dijera Ciro Alegría. Aún así, Gatón reafirma su fe en la humanidad.