J. De Frank Canelo – Lo que dejó «la guerra fría»

J. De Frank Canelo – Lo que dejó «la guerra fría»

Existe un trasfondo, o, si se quiere decir parábola, en las palabras del Cardenal cuando aconseja que «por su bien, el de su familia y el del país el (Sr.) Presidente debería de abandonar sus intenciones releccionista.

Como académico, soy menos político. Como científico social, me siento profesionalmente comprometido. Quedando todo esto claro les digo:

Toda la vida he visto al PRD como un partido de moderados, al Reformista como un partido de conservadores y al PLD como un partido de liberales.

Así son los nuevos conceptos de la sociología moderna en la forma en que percibe y capta al hombre de la post guerra fría. Ya que antes, en tiempo de la Unión Soviética se hablaba de «derecha, no alineados e izquierda».

Al ser un partido de moderados, el PRD siempre padecerá de los problemas que en la actualidad la sociología contemporánea dice ellos (los moderados de todo el mundo) padecen:

El divisionismo, al que también se le llama el desmembramiento.

De tiempo en tiempo, los moderados, agrupados, luchan y se tiran del pelo entre sí, especialmente cuando se aproximan elecciones o en momentos de tomar decisiones que tengan o vayan a tener implicaciones de nivel nacional.

Esto particularmente se puede ver mejor en sistema político de «segunda vuelta electoral» y en sistema político donde los moderados están partidariamente representado. En los EU, los moderados no tienen representación de partido.

Allí, los partidos son dos: Los demócratas (liberales) y los republicanos (conservadores).

Los moderados reflejan inclinaciones de alianza o de comportamiento típico hacia el lado político de los polos que le atraen (izquierda derecha).

Mientras unos moderados favorecen alianzas, se alinean o se comportan como conservadores (PPH?); otros moderados, favorecen alianzas, se alinean o se comportan como liberales (Doña Milagros?).

Moderados puros (como Hatuey?) nunca se inclinan hacia ningún lado de la balanza. Ellos, se afirman en su moderación y/o se «clavan» en el centro. Muchas veces trancando el juego o produciendo un impasse pues tienden a no favorecer ninguna alianza con nadie (si es el caso de la alianza el que está en juego). Ellos no se alinean ni con los conservadores, ni con los liberales. Así moderados puros se convierten en «radicales».

Para el lector inteligente, se puede ver que lo que sucede con todos los moderados en tiempo de crisis, es una pura «locura», pues, usted tiene dos con problemas de identidad social en su comportamiento (todo esto no consiste en un problema político, sino de comportamiento social). A unos a quienes los halan o les atrae el extremo derecho, sin ser conservador; y, otros a quienes les halan o les atrae el extremo izquierdo, sin tampoco ser liberal.

Mientras que al ignorado quien es un puro centrista, a quien no le atraen ni le afectan las fuerza de los polos, como puros centristas, la fuerza de gravedad social hace que se plante. Es a este a quien la sociología de hoy le llama «radical».

Los conservadores, dentro sus momentos de crisis (menos severa), tienden a favorecer alianzas únicamente con el centro, y, los que no, se encaminan mas hacia el extremo convirtiéndose entonces en «extremistas», de derecha.

Los liberales, dentro de sus momentos de crisis (menos severa), tienden a favorecer alianza únicamente, también, con el centro; y, los que no, se encaminan o van mas hacia el extremo y entonces se convertían en «extremistas», pero, de izquierda.

Véase que la sociología de hoy le llama «radical «al moderado puro; mientras, es un «extremista» (de derecha) el conservador que no acepta alianzas con el centro y se retira mas hacia su extremo, el derecho…En cambio, es también, un «extremista»,(pero, de izquierda) el liberal que no acepta negociar con el centro y se retira mas hacia su extremo, el izquierdo.

Creo que el presidente, en su afán de relegirse no es como le han querido pintar:

Un «campesino embullao» con el cargo.

El presidente es un hombre de conducta y proyección social moderada, a quien le atraen enormemente las fuerzas magnéticas de conducta social propia a las del polo derecho; y, por consecuencia tal, refleja un comportamiento o conducta propia de los conservadores: la de un continuismo; la de una preservación.

En este caso, la continuación en su mandato y la preservación de su Poder como presidente.

Yo, simplemente soy un hombre de coraje, pues en estos momentos, cuando estoy pendiente de una decisión del despacho del presidente en un caso personal que me afecta, me he atrevido a escribir y a publicar esta «pendejá», como diría el director de El Nacional Radhamés Gómez Pepín.

En cuanto a lo que dijo el Cardenal, como académico y científico social, pienso que la única persona moderada que hubiera podido (o puede?) ponérsela verdaderamente difícil al PLD (Leonel) en unas elecciones, es doña Milagros, al punto de que pienso podría el PRD ganar con ella, ganar en una segunda vuelta.

Y, le iría mejor así al presidente.

«A él, a su familia, y, al país».

Lo que dijo el Cardenal tiene trasfondo.

No tiene moraleja, pues no es un cuento.

Mucho más importante, lo que dijo el Cardenal encierra una parábola.

Una que tal vez, como supremo cristiano en el país, solo a él, al Cardenal, en sus misterios y premoniciones de la fe, le fue revelada a él primero.

Los científicos sociales sacamos de las palabras de el Cardenal, el trasfondo, y acerca de este, particularmente, no quiero ser muy claro.

Fueron, las del Cardenal, predicciones de sabio en los misterios de la vida, que salieron por la boca de uno que a todos ama.

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