Jacinto Peynado, un luchador

Jacinto Peynado, un luchador

POR ROBERTO B. SALADÍN S.
Por esos destinos y misterios insondables de la vida, a los 63 años de edad, desaparece de la vida pública, Jacinto B. Peynado Garrigosa (Q.E.P.D.), uno de los hombres que deja la imagen más pura de lo que constituye un hombre luchador, batallador, conductor de un carro frente a su destino que nunca tuvo reversa, sin importar cuan duros y difíciles fueran los retos que tuviese que enfrentar, así como los éxitos o aún las metas que no pudiese alcanzar, él se caracterizó por su lucha permanente.

Para quienes conocimos a Jacinto a lo largo de su vida privada y pública, permanecerá intacta en nuestra memoria, la imagen del hombre franco y directo, que fuera siempre defensor de su verdad, sin falsas cortesías, ni cosméticos. Habiendo sido un exitoso hombre de negocios, junto a su padre, el recordado Don Enrique Peynado Soler y más luego volando con alas propias, se proyectaba Jacinto, como Senador de la República Dominicana, siendo entonces, donde el país pudo aquilatar su profunda vocación de servicio a la nación, en especial a la capital de la República, a la que tanto amó y supo honrar. Asciende luego Jacinto, a la vicepresidencia de la República Dominicana, segunda posición del gobierno, junto al doctor Joaquín Balaguer, proyectándose así nacional e internacionalmente.

Desde las diferentes posiciones que me ha tocado desempeñar en la administración pública de nuestro país, a lo largo de treinta años, pude calibrar el carácter y la firmeza de Jacinto, así como el dinamismo que supo imprimirle a cada uno de los proyectos en que se involucró y en los cuales ponía siempre, alma y corazón, con su gran espíritu de luchador.

Como aseveración de lo anterior, ahí esta su huella en la Delta Comercial, C. por A.; el Consorcio Agroindustrial, Delta, S.A., (Agrodelta); Alpha Motors, S.A.; Transporte Aéreo, S.A.; Telecentro, S.A., (Canal 13); para solo mencionar algunas de la multiplicidad de empresas, en las que participó como socio o miembro de los consejos de directores o la proyección que supo alcanzar en el PARLACEN, en el que ostentó dos vicepresidencias. Se desempeñó también, como presidente del Club de Ejecutivos, presidente de la Fundación Automovilística Jacinto B. Peynado G. y presidente de la Fundación Peynado Alvarez. Pasando también por la presidencia de la Asociación Dominicana de Distribuidores de Vehículos y Efectos del Hogar, además de las elevadas posiciones que ocupó en el PRSC, del cual constituyó uno de sus pilares.

Frente a las dimensiones de la diversidad y riqueza de las metas y deseos que Jacinto proyectó en su vida, puedo decir, como me lo testimoniara recientemente el Lic. Denis Simó, que pudo realizar muchos de sus sueños, como los de ser corredor de carros de carrera, actividad que amó profundamente. Fue también piloto. Cumplió una de sus metas más personales como lo fuera la de escribir una novela. Fue socio fundador del Aeroclub Dominicano y del Club Náutico de Santo Domingo, siendo premiado allá por el año 1968 como el automovilista del año. Todo lo anterior, unido a la labor empresarial, como capitán de industrias, le permitió mantener una extensa relación de amistades personales, a través de ese foro que fuera el Club de Ejecutivos. 

Para su esposa Margarita, sus hijos y demás familiares, el testimonio de nuestro más sentido pésame, ante la partida de un ciudadano, que, como Jacinto Peynado Garrigosa, supo poner siempre en alto la imagen de su país, por encima de las pasiones que gravitan sobre los hombres que se han proyectado en la vida pública de la nación.

Deja ahora Jacintico, como le llamábamos sus viejos amigos, al ser llamado al Seno del Señor, una imagen de un hombre luchador y batallador, frente a su destino. Así lo recordaremos, todos los que le conocimos. ¡Paz a sus restos!

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