ÚRICH, Suiza, (AFP) – El presidente de la Confederación de fútbol de América del Norte, Central y Caribe (Concacaf) y vicepresidente de la FIFA, Jack Warner, ha sido acusado de violar los términos de su suspensión, dictada el domingo, confirmó el martes a la AFP una fuente próxima al asunto.

 El trinitense Warner habría intentado ejercer influencia sobre algunos delegados de cara a la votación presidencial de la FIFA, el miércoles en el 61º Congreso del organismo en Zúrich, algo que no tendría permitido porque fue suspendido provisionalmente de cualquier actividad relacionada con su cargo.

La página web insideworldfootball.biz, habitualmente bien informada respecto a informaciones de autoridades y directivos del fútbol, publicó que el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, fue informado de ello por otro directivo de la Concacaf, el estadounidense Chuck Blazer.

«Se ha estado reuniendo con miembros (electores), lo que va en contra de las normas de la suspensión.

Ha enviado a gente para hablar con ellos y decirles que estaba interesado en reunirse con ellos», explicó Blazer a la web. «Fue suspendido, así que no puede hacer lo que está haciendo ahora», apuntó el directivo estadounidense. Warner fue suspendido el domingo, junto al catarí Mohammed Bin Hammam -presidente de la Confederación Asiática (AFC)-, mientras se investiga un caso en el que ambos están implicados y en el que se analiza un posible fraude electoral. El dirigente de la Concacaf amenazó tras su castigo con revelar informaciones que provocarían un «tsunami» que haría temblar a la FIFA.

 Primero habló de una «donación» de Joseph Blatter de un millón de dólares a la Concacaf el pasado 3 de mayo. Blatter habló el lunes, sin especificar si se trataba de una respuesta a la denuncia de Warner, de la puesta en marcha y desarrollo de dos proyectos ‘Goal’, una iniciativa de la FIFA para el desarrollo del fútbol, dotado de 500.000 dólares, con motivo del 50º aniversario de la Concacaf.

 Otra denuncia de Warner era la referente a un intercambio de e-mails con el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, en el que éste habría insinuado que Qatar compró ser sede del Mundial-2022.