Einstein afirmó sobre Gandhi que “Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como este caminó la tierra en carne y hueso”.
Algo similar podría decirse acerca de Nelson Mandela quien compartió los ideales redentores de Gandhi y usó la violencia armada en su juventud cuando consideró que era la única vía para combatir el incalificable “apartheid” en que blancos esclavizaban en Sudáfrica a los de color.
Mandela estuvo preso 27 años, muchos de ellos en confinamiento solitario, con un bombillo siempre encendido y sin noción del tiempo ignorando si era de día o de noche. La humedad del ambiente le provocó tuberculosis. Muchos años después murió afectado por neumonía como si sus pulmones rememoraran los años de suplicio.
Los ideales se vencieron la fuerza opresora y Mandela se convirtió en el primer presidente de color de Sudáfrica. Después de gobernar 5 años se retiró a su hogar y se dedicó a participar en actividades de reconciliación a nivel mundial. Dentro de 250 premios internacionales recibió en 1993 el Premio Nobel de la Paz. Falleció de 95 años el 5 de diciembre del 2013.
El funeral de Juan Pablo II es el único comparable al de Mandela. Cientos de los más ilustres personajes del mundo le despidieron en un ceremonial celebrado en un estadio abarrotado de personas. A petición suya hubo ritos de tres creencias religiosas.
Como parte del protocolo estatal el ceremonial fue encabezado por Jacob Zuma, el tercer presidente de color de África del Sur.
Zuma vocalizó la canción de confrontación racial “Mata al boer”, opuesta al ideario integrador de Mandela y así como Obama fue ovacionado, Zuma fue estruendosamente abucheado por sus gobernados, que lo repudiaban por sus delitos.
Jacob Zuma nació en el 1942 y con 16 años se incorporó al Congreso Nacional Africano para luchar contra el régimen supremacista blanco.
Tres años después fue detenido junto a otros milicianos armados y pasó 10 años en prisión en la misma cárcel que Mandela. Salió al exilio y se desempeñó como Jefe de Inteligencia Militar y en otras importantes posiciones políticas.
Fue miembro del Partido Comunista de Sudáfrica hasta el 1990 y luego escaló posiciones de poder en el CNA llegando a la vicepresidencia del país. Tuvo que renunciar porque su asesor financiero fue acusado de corrupción y condenado a 15 años de prisión por un multimillonario tráfico de armas. Por influencias políticas, Zuma fue declarado inocente.
Zuma es polígamo y promiscuo. Se casó 6 veces y tiene 22 hijos reconocidos, aparte de otros fuera de matrimonio. En 2006 fue acusado de violación sexual y se defendió diciendo que, siendo miembro de la legendaria tribu “Zulú” era su deber tener relaciones sexuales con una mujer si ella usaba un “kanga”, o sea un chaleco africano corto, y que no podía dejarla “insatisfecha”. De nuevo fue descargado y sus seguidores corearon su canción favorita: “Tráeme mi ametralladora”.
En 2007 tomó el control del CNA. En 2009 ganó las elecciones, se reeligió en 2014 y gobernó hasta 2018, cuando el CNA lo forzó a renunciar.
Se estima que la corrupción y sus desafueros económicos generaron una pérdida al país de miles de millones de dólares. Zuma renegó de Mandela.
Está en prisión domiciliaria esperando un juicio sobre unas 800 acusaciones de corrupción. Su segundo nombre “Zulú” significa: “el que sonríe mientras te hace daño”.
Mandela se convirtió primer presidente de color de Sudáfrica
Zuma vocalizó la canción confrontación racial Mata al boer
Zuma renegó de Mandela. Está ahora en prisión domiciliaria