Jacoba Jorge de González: «Si vuelvo a nacer sería maestra de nuevo»

Jacoba Jorge de González: «Si vuelvo a nacer sería maestra de nuevo»

Nos recibe radiante con una alegría que no podía ocultar. No bien terminamos de saludar, cuando sonó el teléfono: «Es el diseñador Esteban Martínez» , dijo su hija Carmen Raquel y nos comunicó con él. El modisto dominicano, luego de saludarnos nos habló bondades de Jacoba Jorge de González, quien dice es una de sus clientas preferidas, y aprovechó para sugerir algunas de sus confecciones para las fotografías.

[nf]En compañía de su esposo, hijas y nietos, en el área de la residencia que generalmente utilizan para compartir juntos, ambientada con el sonido de una cascada, árboles, flores y elegantes objetos decorativos, empezamos la conversación con nuestra interlocutora.

Cada palabra era salpicada de satisfacción, por su vocación de maestra, y por la familia que ha logrado levantar y mantener al mismo tiempo. “Es un regalo de Dios, si vuelvo a nacer no dudaría ni un segundo en elegir el magisterio. Maestra, maestra, siempre sería maestra”, expresa con un halo de regocijo.

Es una maestra a carta cabal que disfruta y ama la profesión magisterial, la que ha desarrollado con éxito por más de cuatro décadas. Su vocación de educar la inició siendo apenas una adolescente de 16 años en su pueblo natal, en la comunidad de El Hospital, Villa Tapia.

Con humildad y orgullo a la vez, nos relata su comienzo en el magisterio, tiempos que recuerda con cariño y añoranza. “Esos años en mi pueblo, cuando tenía que cruzar ríos a caballo para desplazarme a las escuelitas donde impartía docencia, fueron años maravillosos” dice la hoy directora de su propio colegio.

Se siente satisfecha con los aportes hechos a la educación nacional, especialmente en la Zona Oriental donde se ha dedicado a fomentar la enseñanza entre los residentes de la comunidad, primero como empleada de escuelas del sector, y desde hace 30 años en la dirección del Colegio Cristo de los Milagros, institución en la que asegura ha contribuido con el desarrollo educativo del país.

“Nos sentimos orgullosos con el crecimiento obtenido en el colegio, donde impartimos docencia desde maternal hasta bachillerato. Nuestro colegio trabaja para el bien común, y nuestro norte principal es el servicio, porque yo nací siendo maestra, y eso ni lo alquilo ni lo vendo”.

Su vocación de maestra la aprendió de sus padres, de quienes afirma siempre estuvieron relacionados a los maestros del pueblo, a los que brindaban hospitalidad, a tal grado que la primera escuela de la localidad de El Hospital, en Villa Tapia, fue construida por su padre.

Dijo que disfruta la enseñanza, porque es una manera de ayudar al desarrollo de la comunidad y al país mismo; y que para lograr un verdadero crecimiento de la educación es necesario que los padres se integren a las escuelas con sus hijos, creando y fortaleciendo asociaciones de padres, encuentros familiares, retiros cristianos y actividades culturales y de acercamiento.

“Creo en el desarrollo de un plan de formación e integración dirigido a los padres en todos los niveles, de manera agresiva en el ámbito nacional, para obtener mejores resultados en la educación”.

“El maestro debe dar sin esperar a cambio y aportar su granito de arena para lograr el desarrollo en la educación nacional. Para mí la educación es una misión encomendada por Dios, no la veo como un comercio. Gracias al Señor soy directora de una institución evangelizadora, el colegio Cristo de los Milagros”, expresó.

Jacoba Jorge de González afirma que su colegio, ocupa dos edificios de tres niveles, con una matriculación aproximada de 1.500 estudiantes de nivel inicial, básico y media. Entiende que en los últimos años la educación ha crecido mucho, sin embargo, es necesario seguir trabajando en ese sentido.

Es una admiradora de Gabriela Mistal a quien le gustaría imitar. “Quisiera que aunque sea en mis últimos suspiros, Dios me permita construir una escuela”.

«Soy una mujer feliz con una familia bellísima

Su matrimonio con el general de brigada del Ejército Nacional, Emiliano González y González, subdirector de la Dirección Nacional de Investigación (DNI), tiene ya 38 años. «Gracias a Dios tengo una familia bellísima, que he cultivado junto a mi esposo, con quien procreé mis tres hijas: Carmen Raquel, Claret del Carmen y Albys Jullisa, las que me han dado seis hermosos nietos: Arlette María, Carla Mariel y Juan Emil Florencio González; María Jesús Soto González, José Jacob y Sarah Emilia Gregorio González. Somos una familia cristiana para la gloria de Dios», expresa con entusiasmo.

Agradece a sus padres, Jesús María Jorge y Alejandrina Gil, haberle inculcado la fe cristiana, práctica que ha continuado con su familia.

«He desempeñado con éxito mi papel profesional y familiar, puedo decir que soy una mujer exitosa, porque he equilibrado ambos papeles, siempre afianzada en la fe en Dios, porque soy muy cristiana».

«Mi esposo y yo, pese a que tenemos 38 años de casados, nos seguimos amando igual que el primer día. Yo amo a mi esposo, he aprendido a quererlo con sus virtudes y defectos, y doy gracias a Dios porque me ha ayudado a mantener ferviente ese amor a través de los años. Parece mentira pero mi esposo y yo nos amamos como cuando nos casamos en 1966».

Mientras Jacoba Jorge de González, maestra consagrada y mujer enamorada, esbozada todos esos sentimientos, su esposo con su uniforme de reglamento esperaba un poco apurado la foto que se tomaría junto a ella para esta entrevista.

Perfil

Origen: Jacoba Jorge Gil nació el 28 de noviembre de 1942 en la sección El Hospital del municipio de Villa Tapia, provincia Salcedo. Es hija de Jesús María Jorge y Alejandrina Gil.

Tiene siete hermanos: Julián Jorge, Lucía, Digna, Altagracia, Icelso, Juan y Rafael.

Está casada hace 38 años con el general de brigada del Ejército Nacional, Emiliano González y González, con quien procreó tres hijas: Carmen Raquel, Claret del Carmen y Albys Jullisa.

Estudios

La primaria la cursó en la escuela Jesús María Jorge y los secundarios en la Escuela Salcedo en 1960; en 1963 se graduó de maestra normal en la escuela Napoleón Núñez Molina de Licey Al Medio; se graduó Cum Laude de la carrera de Ciencias de la Educación, mención Administración y Supervisión de la Educación Media en la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) en 1983. Fue maestra en diversas escuelas de su pueblo, entre éstas; Los Hoyos, Las Yerbas de Villa Tapia, Piloto de la Guásuma, así como la escuela Cancino Afuera del sector Los Trinitarios durante 10 años, hasta fundar su propio colegio, Cristo de los Milagros, en 1974.

Ha realizado posgrados, seminarios y cursos en el país y el extranjero, entre estos: Aprendo 2001 y 2002, seminarios internacionales sobre educación; Encuentro por la calidad de los educadores latinoamericanos, «Liderazgo y dirección estratégica, pilares de la dirección educacional.» La Habana, Cuba, en 1999; «Metodología para la caracterización de los contextos de actuación del maestro en su labor docente»; La Habana, Cuba; «Encuentro nacional de educación y pensamiento curricular y desarrollo humano, retos, para el 2000», San Juan, Puerto Rico; XVI Congreso mundial de educación católica «Una persona nueva para un mundo nuevo en el contexto de mundialización 2002» en Brasil, y otras especialidades.

A corazón abierto

Deporte: caminar

Lectura preferida: la literatura

Escritores: Mario Vargas Llosa, Gabriela Mistral y Ramón Marrero Aristy

Virtud: ser madre y esposa

Defecto: impulsiva

Comida preferida: sancocho con arroz blanco y aguacate

Bebida: vino tinto

Un país: México

Hora del día: la noche, porque es el momento de descansar

Aroma: todas las de Chanel

Sabor: Amareto

Color: azul intenso

Música: la bachata y los merengues de antes, como el «Compadre Pedro Juan»

Fruta: sandía

Se autodefine: inquieta, trabajadora, soñadora, amorosa y muy tierna.

Refugio preferido: una salita privada, ubicada en el segundo nivel de su residencia, la que utiliza para reflexionar, leer y compartir con su pareja

Se califica: una mujer luchadora

Si vuelve a nacer qué sería: «Sería maestra, esa profesión no la cambio por nada»

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