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París (EFE).- El presidente francés, Jacques Chirac, inquieto por Oriente Medio como “epicentro de las tensiones internacionales”, pasó revista ayer al estado y los retos del mundo en un discurso poco optimista, durante la última felicitación de Año Nuevo de su segundo mandato ante el cuerpo diplomático.
La acumulación de conflictos en Oriente Medio, especialmente el palestino-israelí, que plantean el riesgo de “un enfrentamiento de una amplitud insospechable”, la Unión Europea en busca de un “nuevo consenso” tras el “no” francés y holandés a la Constitución y la globalización dominaron su intervención.
En el “nuevo mundo en gestación”, Francia “rechaza la fatalidad del enfrentamiento y la facilidad del ‘dejar hacer’” y aspira a un mundo “reconciliado”, “capaz de tomar su destino en sus manos”, indicó Chirac.
“Desde el fin del orden bipolar, la globalización, como una ola de fondo, modifica los equilibrios antiguos y redistribuye las cartas de la baraja del poder”, dijo el jefe del Estado, que, con casi 12 años en el cargo, sigue sin desvelar si aspirará a un tercer mandato en las elecciones presidenciales de abril-mayo próximos.
En menos de una generación, agregó, se han visto el derrumbamiento del comunismo y “los ‘impasses’ del unilateralismo”, mientras se reafirma el mundo multipolar, con el surgimiento de China, India o Brasil como “potencias globales”, y el fin de la dominación de Occidente.
También se ha pasado “de la victoria proclamada del liberalismo a la conciencia de las desigualdades”, especialmente en _frica, señaló Chirac, para quien la persistencia de la miseria extrema en un mundo “tan rico” es un “escándalo moral”, un “absurdo económico” y “un riesgo político”.
A su velada crítica a Estados Unidos por su “unilateralismo”, añadió su denuncia de la guerra en Irak, una “aventura” que “ha ofrecido al terrorismo un nuevo campo de expansión” y ha precipitado “trastornos” cuyos efectos no han terminado de manifestarse.
Para impulsar una solución al conflicto palestino-israelí, que “cristaliza todos los resentimientos” en el mundo musulmán, reiteró su propuesta de que la UE impulse en el Cuarteto una conferencia internacional, que, “sin pretender dictar a las partes los términos de una solución, aportaría las garantías a las que aspiran”.
Además, Chirac reafirmó su apoyo al Gobierno de Fuad Siniora en el Líbano.
París acogerá el próximo día 25 una conferencia internacional de donantes para la reconstrucción de ese país, tras la guerra del pasado verano entre Israel y la milicia chií Hizbula.
A Irán, sancionado por la ONU por proseguir el enriquecimiento de uranio, le pidió “un gesto soberano para restablecer la confianza”: la suspensión de esas actividades “en el momento en que se iniciara la negociación deseada por la comunidad internacional”.
Casi dos años después de que la UE entrara en crisis por el “no” francés y holandés a la Constitución europea, Chirac subrayó que la continuación de la construcción europea es “vital” para Francia, su seguridad, desarrollo económico y “lugar en el mundo”.
A su juicio, el 50 aniversario del Tratado de Roma en marzo debe ser la ocasión para alcanzar “un nuevo consenso sobre las finalidades del proyecto europeo” que abra el camino a “decisiones sobre la mejora del funcionamiento de la Unión”.
Para los próximos años, llamó a la Unión Europea a una política económica “coherente” y a la armonización fiscal y social.
Frente al “desafío de la inmigración”, Europa deberá reforzar sus “capacidades de acción” contra las redes ilegales y armonizar sus políticas de asilo, además de aumentar su ayuda al desarrollo a los países del _frica subsahariana y el Magreb, dijo.
