Jacques Rogge: «¡Ustedes ganaron!

Jacques Rogge: «¡Ustedes ganaron!

ATENAS (AP).- Ni los atrasos, ni el temor al terrorismo ni los altos costos. Nada evitó que Atenas honrara su histórico pasado y cerrara ayer domingo por todo lo alto unos Juegos Olímpicos «de ensueño».

Un majestuoso espectáculo de luces y fuegos artificiales dio paso a un festín de música y baile en la ceremonia de clausura, que reflejó la alegría y alivio que los juegos trajeron a la cuna de las olimpiadas.

Poco después, miles de atletas entraron al estadio olímpico, saludando y ondeando banderas, tomándose fotos y absorbiendo los vítores de unos 70.000 aficionados.

«Estos fueron unos juegos inolvidables, de ensueño», dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge. «­Ustedes ganaron! Ustedes ganaron al enfrentar de forma brillante la difícil tarea de organizar los juegos».

Poco después, una niña sopló delicadamente y apagó el pebetero olímpico, pasando la antorcha al próximo anfitrión de las olimpiadas: Pekín.

A las 10:48 de la noche ateniense, la llama se extinguió, cantantes subieron al escenario y otra ronda de fuegos artificiales iluminaron el cielo.

Los juegos comenzaron lentos, con una primera semana marcada por asientos y plazas vacías, pero todo se transformó en la segunda semana. El estadio olímpico se abarrotó cada noche para las competencias de pista y campo, y las canchas de básquetbol, tenis y vóleibol de playa vibraron de energía.

La preocupación de que Atenas no estaría lista para los juegos se disipó, y Atenas exhibió instalaciones modernas, con toques clásicos que remontaban a los atletas y visitantes a tiempos ancestrales.

Tan reciente como en marzo de 2000 el COI consideró mudar la olimpiada a otro país, posiblemente Corea del Sur.

«Siempre es bueno prometer menos y entregar más», dijo Jim Easton, uno de los vicepresidentes del COI.

Los atletas que habían terminado sus competencias festejaban, recorriendo las plazas de Plaka, Syntagma y Omonia, exhibiendo una mezcla de visitantes de todos los países, de todos los colores y edades.

Atenas se excedió de su presupuesto en miles de millones de dólares para tener listo un impresionante plan de seguridad y acelerar las construcciones. El resultado fue impecable, una mezcla de lo antiguo con lo nuevo, lo moderno y lo clásico.

La ciudad también se presentó al mundo como una metrópolis sofisticada, con un legado urbano y deportivo para generaciones futuras.

«El mundo descubrió una nueva Grecia», dijo la presidente del comité organizador, Gianna Angelopoulos-Daskalaki.

Los juegos fueron hasta Olimpia, le hogar mitológico de los dioses, donde se celebró el lanzamiento de bala. También hasta Maratón, villa de donde esa carrera tomó su nombre.

El espectro de los esteroides y otras drogas se inmiscuyó, pero no ensombreció la competencia. Dos docenas de atletas fueron castigados por violar las reglas contra el dopaje, y siete medallas fueron retiradas.

«Cada muestra positiva es una bendición para nosotros, porque elimina a los tramposos y protege a los atletas limpios», dijo Rogge. «Mientras más encontremos, mejor».

Como siempre, hubo escándalos y controversias.

Los velocistas griegos Kostas Kenteris y Katerina Thanou rompieron los corazones de sus compatriotas, y enfurecieron a muchos, al retirarse de los juegos ante las preguntas que surgieron después que no se presentaron a someterse a pruebas de dopaje y se vieron involucrados en un sospechoso accidente de motocicleta el día antes de la ceremonia inaugural.

Tres jueces de gimnasia fueron suspendidos al otorgar mal la puntuación a un gimnasta surcoreano, costándole una medalla de oro.

Incluso la última competencia, el maratón, tuvo su cuota de controversia cuando una persona se abalanzó sobre el líder, el brasileño Vanderlei de Lima, a unos cinco kilómetros de la meta. De Lima se recuperó y terminó tercero.

Los juegos también vieron el ascenso de China como una superpotencia deportiva, dando la voz de alerta al resto del mundo de que tiene toda la intención de dominar la tabla de medallas en la olimpiada de Pekín en el 2008.

Estados Unidos dominó la tabla de medallas, con 103 preseas, incluyendo 35 de oro. China tuvo 63 medallas, 32 de éstas doradas, y Rusia acumuló 92 preseas, 27 de oro.

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