El secretario de Medio Ambiente se quejó ayer porque la sociedad es muy permisiva con las obras que afectan al medio ambiente. Pidió superar esa debilidad y hacer las denuncias necesarias para evitar más daños.

El secretario de Medio Ambiente, Jaime David Fernández Mirabal, se quejó ayer porque la sociedad es muy permisiva con las obras que afectan al medio ambiente porque operan en malas condiciones.

“Un ejemplo de ello  son las plantas de tratamientos residuales”. Se refiere en este caso a plantas de tratamiento de aguas residuales en los pueblos que no funcionan debidamente y contaminan el ambiente.

“Pero hay una sociedad débil en cuanto al reclamo, para que funcionen (correctamente)”, manifestó.

Citó que recientemente, en el municipio de Salcedo, en la provincia Hermanas Mirabal,  se produjeron reclamos de moradores porque se rompió una cañería en la tubería de aguas residuales, “pero la planta de tratamiento correspondiente tiene años que no funciona”.

En el programa  Uno + Uno, por Teleantillas, dijo  que en la secretaría de Medio Ambiente hay la debilidad de que  se le pide demasiados requisitos a la gente para darle un permiso (relativo a actividades humanas que generen impacto ambiental, pero “luego no hay  seguimiento, y entonces la gente que quiso empezar bien termina relajándose y lo hace mal”.

Citó por ejemplo, la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, para cuyo trabajo se les hacen exigencia de una serie de requisitos a quienes las edifican y luego no se le  hace un monitoreo permanente para comprobar si la planta está o no funcionado debidamente.

Manifestó  en ese sentido, que el primer violador de las reglas es el Estado, pues  construye plantas de tratamiento en los pueblos y luego no funcionan.