Japón enseña sexo con cómics

Japón enseña sexo con cómics

Como muy bien señalaba Katsu Aki, autor de «Yura y Makoto» en cada una de las solapas de este cómic (manga en japonés), «esto no es un simple manga erótico, ahora la sociedad se está volviendo cada vez más abierta en lo que respecta a sexualidad. Esto es un manga que ayuda a reflexionar sobre el sexo. Nadie enseña cómo mantener relaciones sexuales, por eso muchas personas fracasan en el intento. Ese es el motivo por el que cree esta obra».

Cómo hacer el amor

Con esta premisa y bajo el inevitable etiquetaje de «para adultos», esta «historia de amor. Manual de sexo» ha alcanzado grandes ventas en Europa. En España, en concreto, viene avalado por la colaboración del Centro Joven de Anticoncepción y sexualidad de Madrid, el Instituto Nacional de Estadísticas, el Centro de Investigación de sexo o un biólogo (Lázaro Luis Muñoz) y una sexóloga (Olga Gutiérrez Yago).

Como muy bien señalaba Katsu, en Japón la exposición de las partes genitales en cine, cómic o televisión estaba vetada hasta hace pocos años. De hecho, este dibujante y guionista prescinde de ellas en este cómic (distorsionadas o en sombras). Aunque, el autor nipón incide en que «mientras la era evoluciona, las cosas por aprender también van aumentando».

Del mismo modo, esta obra (editada por Manga Line ediciones) destaca que «muchas personas no reconocen que tienen fantasías sexuales, pero seguro que comprarán este manga, que es el último manual de cómo hacer el amor». Para algunas culturas, el sexo es aún tabú o dilema.

No obstante, los ejemplos comentados aquí distan de dos cintas que tuvieron gran auge en las décadas de los 70 y los 80. Por un lado, «Tetsuo, the iron man» (Tetsuo, el hombre de hierro, 1988) ofrecía sadismo sexual a ritmo de música extrema. Por otro, «El Imperio de los sentidos» (1976) brindaba la obsesión enfermiza como desenlace de las prácticas sexuales más ávidas.

El paso del tiempo, máxime en una cultura que está en constante desarrollo como la asiática, ha ido alternando filias, fobias y referencias históricas, sociales o fantásticas como nuevos ingredientes para su narrativa.

Erotismo mágico

Si bien «Yura y Makoto» es un manual en el sentido estricto de la palabra (cada viñeta es un descriptivo paraje erótico de técnicas), «Ryugetsusho. Relatos del fin del shogunato» se sirve del pretexto esotérico y enigmático para sazonar de erotismo sus páginas. Historias de Saishis (seres sobrenaturales de ascendencia mágica), bestias, humanos, ronins (samurais sin señor) que luchan, contactan o transmiten enfermedades similares al sida a ritmo de metáfora y bajo la lírica tradicional nipona.

Ryoichi Ikegami (1944, Fukui, Japón) es uno de los autores más conocidos del cómic japonés. Artista gráfico sobresaliente (sus dibujos son como ilustraciones o retratos), despuntó gracias a su obra «Crying Freeman». La difusión de este trabajo tuvo posteriormente su adaptación al cine en 1995 con el rostro del actor y artista marcial Mark Dacascos («El pacto de los lobos», 2001, «Double Dragon», 1994) en el papel principal.

Ikegami es dibujante también de la obra «Santuario», en la que mezclaba sexo, luchas entre yakuzas (mafias japonesas) y política a partes iguales. Sin embargo, es en «Ryugetsusho. Relatos del fin del shogunato» (editorial Glenat) donde la expresión alcanza sus cotas más altas y donde se demuestra su versatilidad como guionista.
EFE- REPORTAJES

Medidas superventas

Curiosamente, la serie que más vende en el mundo es la más explícita. «Miss 130» (editada por La Cúpula y seriada en la revista mensual Kiss Comix) no sólo adolece de unas medidas exageradas sino que aborda las fantasías sexuales del público masculino con toda su crudeza.

La chica a la que los vecinos espían con prismáticos o la enfermera exuberante siempre dispuesta a satisfacer los deseos de sus pacientes son algunos de los temas recurrentes que, gracias al sexo explícito y a las inmensas medidas de sus personajes, han desarrollado la fantasía de sus lectores.

Kaoru Ai, autor originario de la provincia japonesa de Kanagawa, se hace llamar Chiyoji Tomo para estas series de «Cuidados intensivos». El guionista y dibujante se dedicó a la construcción y transporte antes de probar el mundo del manga. Su primera obra «El niño pintor» dio paso a historias cortas de erotismo radical para las revistas Manga Erotopia y Manga Love Topias Special en el país del Sol Naciente. En Estados Unidos se anunció en el interior de la revista French Kiss.

Este fenómeno igualmente se vende en quioscos de prensa y librerías como en sex shops. Valga la portada del ejemplar para hacerse una idea más allá de censurar la libre exposición de los genitales.

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