Japón está de moda

Japón está de moda

La influencia del legendario imperio del sol naciente se expresa de maneras diversas en nuestra cotidianidad. En el ámbito de la arquitectura, tanto interior como exterior, la armonía de los hogares típicos japoneses ha dejado también su huella.

Pero, ¿cómo es una auténtica casa japonesa?, ¿por qué ha tenido tanta aceptación este estilo en el mundo occidental? Para entender estas cuestiones, lo mejor es conocer cómo se concibe una casa nipona y descubrir el encanto que se encierra en ella. Sólo de esta manera podremos comprender el motivo de la revolución del estilo oriental.

[b]Distinta concepción del espacio[/b]

La casa japonesa por excelencia no tiene nada que ver con el concepto de vivienda occidental. Las estancias y la distribución del espacio son muy diferentes. En primer lugar, su estructura es de madera con paredes muy finas y las puertas, que dividen las distintas salas, son corredizas y están hechas de papel japonés. De esta manera se consigue un efecto muy particular: la casa está dividida sólo ligeramente y las diversas estancias configuran a la vez un espacio único.

La única estancia realmente dividida del resto de la casa es la entrada, o ‘genkan’, que está a un nivel ligeramente más bajo que el resto del piso y no tiene parquet. En esta estancia es habitual encontrar un zapatero a un lado, expresamente colocado para que las personas que lleguen de la calle se quiten los zapatos y los cambien por unas zapatillas o anden descalzos, si así lo prefieren.

En la mayoría de los casos, el mobiliario alcanza menos altura que los muebles a los que estamos habituados. Las mesas son muy bajas, pensadas para que los comensales se sienten a su alrededor en cojines cuadrados, en japonés ‘zabuton’ y lo mismo sucede con otros muebles como el sofá o las estanterías.

Otra cosa que puede sorprender a los occidentales son las habitaciones japonesas que no tienen cama. Los nipones descansan sobre un futón, que es una especie de colchón de algodón. Durante el día se guarda en amplios armarios empotrados, denominados ‘oshiire’, que disponen de cómodas puertas corredizas. Sólo durante la noche se extenderán los futones sobre el suelo para poder descansar, dejando así durante todo el día un espacio mucho más amplio en la estancia.

El suelo está hecho de tatami, compuesto por placas de fibra natural. Éstas se colocan sobre la base de vigas de madera entrelazada con espacio para que pase el aire por debajo. Cuando el tatami es nuevo, desprende un olor a madera durante meses, incluso años, que invita al reposo y al descanso a todos a los habitantes de la casa.

El baño es, con toda seguridad, la estancia que más puede sorprender a un visitante extranjero. Hay un elemento que llama mucho la atención: el ‘ofuro’, bañera en japonés. Se trata de una bañera estrecha pero profunda en la que se puede sumergir una persona cubierta hasta los hombros. Generalmente, antes de meterse en ella, los japoneses toman una ducha previa, produciéndose así un efecto mucho más relajante. No utilizan el ‘ofuro’ para cuidar su higiene sino como algo relajante y lúdico.

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