La cocina del Japón es famosa por la gran variedad de aromas y sabores que presenta. Hoy en día ha alcanzado la fama, y es que no es para menos, pues cada uno de los platos en que se compone el menú supone una sorpresa y un desafío de buen gusto hasta hace pocos años desconocido.

Gran parte de las recetas tienen un origen milenario y forman parte de sus tan respetadas tradiciones. Sin embargo, aun conservando un toque exótico, se presentan con un aire moderno, lo que ha ayudado a convertir a la mesa del país del sol naciente en una de las más originales y atractivas del mundo.

Sus platos más típicos son el famoso «sushi» y el «sashimi» elaborados a base de pescado crudo, que en el caso del «sushi» se acompaña con bolitas de arroz avinagrado. La «tempura» es otro de los platos más consumidos. Se prepara con verduras fritas, gambas rebozadas y pescado, lo que produce un plato muy apetecible gracias a la combinación de colores, y con un sabor muy agradable, que puede llegar a ser exquisito si se acompaña con una salsa de soja.

Aunque Japón es el país más ictiófago del mundo, también en sus cartas tiene cabida la carne. Destaca el «suki-yaki», un plato similar a un potaje de carne que se acompaña con algas, verduras y aros de cebolla, o el «yaki-tori», en el que se incluyen brochetas asadas de pollo marinado regadas con una salsa de soja.

Dentro de la gastronomía nipona, los fideos y tallarines ocupan un lugar muy importante. El «shirataki» es un plato elaborado a base de fideos gelatinosos que se hierven en un caldo con «sake», un vino japonés, y que se comen sorbiéndolos. Existen diferentes tipos de tallarines entre los que cabe destacar los «soba», elaborados con harina integral, o los «udon», más gruesos y de color blanco.

Cualquiera de estos platos, tanto los elaborados a base de carne o pescado, como los preparados con verduras o fideos, se pueden acompañar con un tazón de arroz, conocido con el nombre de «gohan», un complemento indispensable en sus costumbres culinarias.

Para beber

A la hora de elegir una bebida que acompañe una comida o cena japonesa es importante tener en cuenta que en este país, la cerveza es la protagonista. Una vez que la comida ha finalizado, lo más tradicional es tomar una taza de «ocha» o té verde, seguido de un vasito de «sake», un vino japonés elaborado a partir de arroz fermentado que se puede consumir tanto frío como caliente.