Japón reconoce tardará meses frenar fugas en planta nuclear

Japón reconoce tardará meses frenar fugas en planta nuclear

AFP. Un consejero del primer ministro japonés reconoció que harán falta varios meses para detener las fugas radiactivas de la central accidentada de Fukushima, donde los empleados intentaban ayer  colmatar una brecha en un foso, causante de la contaminación del mar. En la región del noreste de Japón devastada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo, unos 25,000 soldados japoneses y estadounidenses seguían por tercera jornada consecutiva peinando el litoral en busca de víctimas. Por el momento sólo recuperaron 167 cadáveres.

Tres semanas después de la tragedia, el balance aún provisional de la policía es de 12.009 muertos confirmados y 15.472 desaparecidos, cuyos cadáveres fueron muy probablemente barridos por el agua.

La central Fukushima Daiichi (N°1), situada al borde del océano Pacífico a unos 250 km al norte de Tokio, estaba concebida para resistir olas de seis metros, pero no de 14, como fue el caso.

El 11 de marzo, sus seis reactores se detuvieron automáticamente, tal como estaba previsto, al producirse la primera sacudida del sismo de magnitud 9. Sin embargo, el posterior maremoto ahogó los circuitos eléctricos y de refrigeración del combustible nuclear.

Cuatro reactores comenzaron entonces a calentarse peligrosamente, provocando explosiones y liberando humo radioactivo. Cientos de obreros de la compañía Tokyo Electric Power (TEPCO), propietaria de la central, lograron dominar ese proceso de calentamiento, echando agua sobre las instalaciones día y noche.

El accidente, el más grave desde la catástrofe nuclear de Chernóbil en 1986, «será una larga batalla», reconoció Goshi Hosono, consejero del primer ministro Naoto Kan, en una entrevista este domingo en la televisión Fuji TV.

El consejero vaticinó que serán necesarios «probablemente varios meses para detener las fugas radioactivas». «El mayor desafío son las alrededor de 10.000 barras de combustible usado, cuya retirada llevará mucho tiempo», añadió.

El objetivo de los empleados de TEPCO es restablecer la alimentación eléctrica para que funcionen los circuitos de refrigeración de los cuatro reactores dañados.

Surgen más complicaciones

La enorme cantidad de agua empleada para enfriar las barras de combustible ha inundado las salas de turbinas y las galerías subterráneas, impidiendo toda intervención humana.

La tarea más difícil de TEPCO es evacuar esas capas de agua altamente radiactivas, que en parte se filtraron al océano por una brecha de 20 cm descubierta en un foso conectado al reactor 2. El primer intento de colmatar la brecha con cemento fracasó el sábado, según TEPCO.

Este domingo, los empleados pensaban utilizar cola polímera. Los análisis de muestras de agua marina, efectuados el 30 de marzo a 40 km al sur de la central, arrojaron una tasa de yodo radiactivo 131 de 79,4 becquereles por litro. El límite legal es de 40 becquereles por litro. La agencia de seguridad nuclear afirmó no obstante que esta sustancia radiactiva se diluye en el océano.

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