El Gobierno japonés anunció hoy que el vertido al Pacífico del agua radiactiva y tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima empezará este jueves, una decisión que ha generado protestas en la sociedad nipona y en la industria pesquera nacional, además de en países vecinos como China y Corea del Sur. El Gobierno y la empresa propietaria de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), han comprobado “la seguridad” del vertido y por ello han decido comenzar esta misma semana con el mismo, dijo el primer ministro nipón, Fumio Kishida, tras una reunión con los ministerios involucrados en la gestión del desastre atómico.
La decisión se produce tras la visita este pasado fin de semana del mandatario a la planta del noreste del país para comprobar el estado de los preparativos y tras el respaldo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) al plan.
El inicio del vertido se llevará a cabo este jueves, día 24, según lo previsto “si no hay ninguna condición meteorológica ni marítima” que lo impida, dijo Kishida en declaraciones a los periodistas. El agua de Fukushima se compone del agua contaminada durante el proceso de enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido a raíz del accidente nuclear desencadenado por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, así como de filtraciones de agua de lluvia en las instalaciones durante estos más de diez años.
Esta agua se ha estado almacenando en tanques tras someterse a un exhaustivo procesamiento para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, pero los recipientes y el espacio de almacenamiento físico en las instalaciones está llegando a su límite. Hasta finales de julio había almacenados unos 1,34 millones de toneladas de agua tratada, en torno al 98 % de la capacidad máxima.
El líquido procesado y diluido en agua marina antes de su vertido al de Marzo contiene bajas cantidades de tritio, un isótopo radiactivo, así como otros residuos de materiales radiactivos en concentraciones considerados inocuas dentro de los límites internacionales de seguridad para la industria nuclear, según el OIEA.