Por sus excepcionales condiciones climáticas, es la ciudad de la eterna primavera. De sus montañas fluyen los ríos con sus hermosos saltos, como el Jimenoa. Allí se cultivan abundantes flores, tanto para adornar nuestros hogares, como para la exportación.
El frescor y el paisaje se conjugan para hacer de éste un lugar paradisiaco, ideal para vacacionar.
Es tierra fértil, donde se producen la mayoría de las hortalizas y legumbres. Y con todos esos atributos es natural que sea una permanente fuente de inspiración para los artistas y los escritores.
Cada año a finales del mes de agosto, en Jarabacoa se celebra el Festival de Poesía en la Montaña, convocado por su creadora Taty Hernández Durán, que ahora llegó a su novena versión.
El Centro Salesiano de Pinar Quemado es el escenario donde se reúnen los creadores del verso que llegan de todas partes del país y del exterior haciendo que esta ciudad se convierta en la Capital de la Poesía, donde noveles y consagrados se unen en un solo objetivo: rendirle culto a esta expresión literaria porque ella es la protagonista.
Este año hicieron su debut los niños del taller literario Mi Barrio en Letras, pertenecientes a la Fundación Aníbal Montaño, de San Cristóbal; también se presentó un grupo de preadolescentes del taller literario Ángela Hernández, de Jarabacoa.
Se le rindió un homenaje visual al maestro de la plástica de Jarabacoa Roberto Flores; fue reconocido el poeta Mateo Morrison, ganador del Premio Nacional de Literatura 2011, en un espacio que contó con una lectura especial a cargo del también poeta Tony Raful. También hubo un reconocimiento para las Escuelas Radiofónicas Santa María, en su 40º aniversario, por su labor en la difusión de la décima como género de expresión popular, el cual recibió el director ejecutivo, padre Eduardo García Tamayo.
Y no podía faltar un homenaje póstumo al prominente poeta fallecido este año Víctor Villegas, a quien los niños del Aníbal Montaño le recrearon sus versos, lo mismo que a Mateo Morrison.
Las escuelas y colegios de Jarabacoa no escapan del influjo, y por eso la poesía también se pasea por estos centros que reciben a parte de los invitados al Festival.
Hubo performances, canciones y expresiones danzantes de los grupos que componen los talleres literarios.
La diáspora también se hizo presente, este año con la participación de Ana Isabel Saillant, María Palitachi, Themys Brito y Eunice Castillo; así como la poeta y pintora española Ivonne Sánchez Barea, quien además de leer sus poemas concitó la atención y admiración de los presentes con su trabajo retrospectivo Mujer, conciencia y cosmos, donde se armonizaron magistralmente los versos con la creación pictórica.
Y como siempre, deleitaron con sus creaciones los poetas de larga data Federico Jóvine Bermúdez, Rafael Peralta Romero, Manuel Llibre Otero y otros, además de integrantes de los talleres Ricardo Rojas Espejo, de San Francisco de Macorís; Rubén Suro, de La Vega; el Círculo de Escritores de Mao; Taller literario Monseñor Juan Félix Pepén, de Higüey y las voces convocantes de Festival.
Zoom
El festival, su historia
Este espacio surgió durante las tertulias que se realizaban en la galería de Arte Olimpo, de Jarabacoa, en el curso de una conversación entre las poetas Carmen Comprés y Taty Hernández; los dueños del centro artístico Valentín Acosta y Juan Bravo creyeron en la factibilidad el proyecto y les brindaron su apoyo.
La primera versión del Festival de Poesía en la Montaña se llevó a cabo en el año 2002, con el objetivo de reunir a los poetas del Cibao. Participaron alrededor de 30 personas.