Jari Ramírez celebró una vez más su cumpleaños. Lo hizo, como el año pasado en la discoteca Platinum donde él y muchos periodistas y gente del medio recibe un tratamiento VIP. Esa fiesta no fue un relajo. Fue un rumbón al que acudió todo aquel que formando parte del reino de Jari tuvo la oportunidad, el tiempo y las condiciones de asistir.

Fue aquello una conglomeración de estrellas que con su presencia reafirmaban que Jari es un comunicador que ha sabido cosechar el aprecio, el cariño y el respeto de la mayoría de la crónica y los artistas dominicanos.

Jari recibió regalos, cariño y muchos besos… incluyendo unos de más de parte de un artista a quien le encanta escandalizar. Pero como lo de Jari es otra cosa, preferimos felicitarlo y desearle que siga creciendo profesionalmente y que se mantenga respetuoso y respetable, como hasta ahora.