La decoración del hog ar se reinventa cada día  y, lo que tal vez hace años no era un elemento   muy tomado en cuenta para adornar espacios, de repente toma auge  y tiene una marcada principalía entre la gama de adornos para crear y decorar determinados ambientes.  Los jarrones floreros, que anteriormente eran utilizados casi de manera exclusiva para  colocar flores y generalmente tenían tamaños estándar para estar encima de mesas de sala de estar, comedor, credenzas a lo largo de  pasillos o vestíbulos, hoy día  han crecido para ocupar un espacio preponderante.

Los  diseños grandes constituyen una elegante pieza con la que se puede embellecer distintas áreas del hogar.

Tanto los diseños espigados de cuellos largos como los redondos, lucen hermosos, donde quiera que se coloquen, por sí solos. Ya sea que los ponga al lado de un sofá, en una esquina,  un pasillo, a  los pies de la cama en la alcoba, dependiendo de la textura escogida, en fin en cualquier rincón en el que desee, ellos ponen  ese sello distinto y personal tanto por su textura  como por el colorido.

Esta pieza ha pasado de ser un  recipiente donde colocar flores, para convertirse en un elegante adorno fabricado  en una amplia gama de materiales que van desde fibras naturales, bronce, aluminio, madera, bambú, cerámica hasta  -por supuesto- en cristales y  porcelana,  todos en colores irresistibles a los ojos humanos.

Las tonalidades más llamativas y apreciadas. Resulta  imposible no detenerse   ante  la variedad de jarrones en todos los colores y texturas disponibles en la tienda Conforama, los cuales pueden apreciarse tanto en los anaqueles como en diferentes ambientes recreados.

De los jarrones que saltan a la vista desde que se pisa la tienda, los  más llamativos son los de color verde pistacho, azul, naranja, rojo, marrones, negro, amarillo, blanco y rosado.

Las tendencias

Jarrones o floreros

Variedad de diseños y estilos

Los hay en todos los colores y textura para cada espacio. Es una tendencia en la decoración hoy día no como portadores de flores, sino como piezas decorativas por sí solas. Tanto los colores sobrios como el marrón y negro, y los más llamativos propios de la estación primavera-verano, como el verde, amarillo, rojo y azul, decoran cualquier lugar.