En la edición del domingo anterior tratamos acerca del acento prosódico y la representación ortográfica en el apellido /Jaua/ del canciller de la República Bolivariana de Venezuela, apelativo que suponemos de limitado empleo por estas latitudes y que quizás no sea denominación original de nuestra lengua.
Investigamos en varios lexicones, diccionarios de diferentes materiales, entre ellos un curioso vocabulario doméstico (Tesoro de la Familia) sobre conocimientos útiles, del 1878.
El Diccionario de Autoridades, primera publicación de la Real Academia Española, 1732, letras D Ñ, edición facsímil, no menciona el término en parte alguna.
En el Diccionario Enciclopédico Quillet, tomo V, nos aportan lo siguiente: Aah, Auhu, Iah y concluye en AAH, como si nada. Llegamos hasta la mitología egipcia, donde es un Dios lunar vinculado a los mitos de Thost. Hasta ahí. No tenemos más remedio que aplicar prosodia/ortografía/ castellanas, pero si evaluamos Jaua como forma oral de nuestro idioma ¿podríamos encontrar de una a dos sílabas nada más? No puede ser voz de una sola sílaba con triptongo en su sílaba única: /aua/ tres vocales antecedidas por la jota, en razón de que el triptongo porta tres vocales consecutivas con la vocal abierta o fuerte es el centro de la sílaba: amari/a/is se trata de una voz llana, de dos sílaba con acento en la primera /a/ que, por ser llana, de dos sílabas terminada en vocal, no requiere la tilde. Si dijéramos Jau/á/, sería aguda, pero de más de una sílaba, que debemos marcar para resaltar la desaparición del diptongo /uá/ al final.
Veamos este ejemplo:
Luisa rió complacidamente Ri/ó/, con acento en la /ó/ final, demanda, en principio, que se marque el acento en la última vocal. Sin embargo, nos parece que entre la /i/ y la /ó/ existe una ligera pausa o cesura que caracteriza un enlace muy leve entre /i/ y /ó/. Destacar ese leve encuentro con una diéresis (..) sobre la ï (rïó) sería un avance escritural de nuestra lengua.
Tomemos estos dos casos, empleados como topónimos en República Dominicana: Barahona / Baoruco.
Originalmente, Barahona fue un apelativo (y aún lo es) que introdujeron los españoles. Bahoruco es voz taína. Siento que mi oído todavía con los años, capta que entre la /a/ y la /o/ de Bahoruco hay un enlace, que se diría que existe una diptongación fugaz entre esas vocales fuertes o abiertas (ambas). Que no es igual en el caso de Bar/a/h/o/na, donde hay una separación franca, marcada que hace que esas dos vocales no se enlacen libremente.
Por eso escribo Bara/h/ona con la hache intercalada y B/ao/ruco, sin separación alguna en lo escrito.
Todavía a la representación de nuestro código ortográfico le quedan algunas cosas por representar.
Una aplicación de diéresis en tales ocasiones vendría muy bien para entender el mensaje
¿Qué haríamos con los apellidos Pla y Then? Nada tenemos que hacer; son dos palabras con una sola vocal y una sola sílaba.
Poner un acento a la /a/ de Pla o a la /e/ de Then no altera su pronunciación en modo alguno. No existe ninguna otra vocal en esas palabras, que nos lleven a confusiones.