POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Mis intenciones son, digamos que, un apostolado renovado y provocador de los talentos que promueve la estación. Una temprana definición del propósito por el cual, y para el cual Realizamos nuestros actos, nuestras ocupaciones. Hacer germinar la trascendencia de las ideas desde el plano individual hasta el colectivo.
Reafirmar los compromisos por los cuales nos llamamos nación, un conjunto de hombres y mujeres libres, entronizados a favor de que haya paz sobre cubierta hasta el fondo de la esperanza, una continua mudanza sobre el eterno acarreo, fuego breve de paseo hilando en otros azares.
Con quien me voy a encontrar, trae una estrella en las manos, que es de lo que más sabe.
Dos detalles, cuatro claves y un acertijo mayor, que es tarea del momento, del despierto superior, descifrar el elemento y hacerlo socio a favor.
RICARDO TORIBIO
Como un auténtico clásico de otoño en la Costa Norte (Puerto Plata, Sosúa y Cabarete) tenemos que registrar la celebración del Dominican Republic Jazz Festival. Desde el 22 al 24 de octubre, en esta cálida, pujante y cautivadora zona turística de nuestro país, se ha celebrado con resultados vitales y transparentes la sexta versión de este importante evento artístico internacional, organizado con entusiasmo y esmero por su fundadora Lisa Bommarito Kirkman y Lorenzo Sancazani, con la asistencia especial de un efectivo equipo de colaboradores, los auspicios de la Asociación de Hoteles de Puerto Plata y el complejo turístico Sea Horse Ranch en Cabarete.
El 6to. Dominican Republic Jazz Festival abrió la noche del viernes 22 de en el Parque Central de la ciudad de Puerto Plata con la participación del virtuoso saxofonista y compositor dominicano Sandy Gabriel y su Puerto Plata Jazz Ensamble, el cubano Ramón Vázquez y los invitados especiales, el afamado guitarrista norteamericano Steve Khan y el no menos respetable músico puertorriqueño Paoli Mejías.
Esa misma noche, y de manera simultánea al concierto de Sandy Gabriel, la Dirección Provincial de Cultura y el Colectivo Chocolatero, inauguraban la exposición titulada: Pop-Recent Works/Arte Contemporáneo en Puerto Plata, la cual aún se mantiene abierta al público en la Casa de Cultura e incluye pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones y fotografías de Pery Jiménez, Grimaldi Polanco, Checo Merete, Caryana Castillo, Rafo Castillo, Eliu Almonte y Dersireé de León.
Esta muestra se sostiene en un conjunto de obras definitivamente alicaído o, más bien, des-equilibrado. Los extravíos de convicción, el exhibicionismo y el desaliento que también tocan a nuestra actualidad artística se imponen, respectivamente, en los intentos pictóricos, instalacionistas, escultóricos y fotográficos de Checo Merete, Eliu Almonte, Arlyn Jiménez (Guloya) y Deriseé de León. La selección de artistas y obras ha estado bajo la responsabilidad de Eliu Almonte
Y, precisamente, en el caso de su instalación Cuágulos de Otoño (2004), el tratamiento de la materia (pedazos de fibra sintética de color rojo derretidos que se apoderan de las encaladas paredes victorianas de la Casa de Cultura y nos persiguen hasta el mismo espejo del baño es lo primero que niega la alternativa de una polivalencia o una verdadera posibilidad de lectura abierta a la propuesta. El facilismo de acometidas seudoinstalacionistas como las que Almonte nos presenta esta vez nos remite a una penosa intención de manipular los conceptos de la práctica artística contemporánea. Intención realmente desprevenida, que no persigue más que el simple escándalo y que se agota en su propia inefectividad.
Checo Merete lleva a cabo una interesante búsqueda pictórica personal que aborda asuntos como la sensualidad del cuerpo femenino y las relaciones de poder en la posmodernidad, valiéndose de un lenguaje gestual sensiblemente expresivo, así como de una cálida y arrebatada policromía. El proceso de su reciente producción interesa a la crítica. Pero en trabajos como Ella (2004) y Nos (2004) hay ligereza de ejecución y no menos superficialidad conceptual.
En cuanto a los ejercicios escultóricos de Guloya, está claro que en este caso hay un talentoso artesano que debe seguir siendo apoyado para que pueda amplia su formación artística, los fundamentos del hecho plástico, el conocimiento de la práctica escultórica moderna, para que por esa vía pueda alcanzar las dimensiones de la efectividad. Mientras tanto, el desatino y la indigencia signan las imágenes fotográficas digitales e ineludiblemente eroticas de Deriseé de León.
Ahora bien, la inestabilidad de Pop-Recent Works se acentúa con el vital oxígeno que aportan a esta muestra los dos resistentes, poéticos, y sutiles trabajos pictóricos de Pery Jiménez, el riguroso y sorprendente diptico en técnica mixta sobre papel de Grimaldi Polanco, así como los dos magníficos dibujos a la acuarela y el lápiz sobre papel de Rafo Castillo. Asimismo, en su Tras antepenúltimo autorretrato de Santiago, Caryana Castillo hace alarde del talento, de la ácida vena humorística y de la fresca imaginación que le ha ganado consideración como exponente de la penúltima expresión pictórica en Santo Domingo.
Volviendo a la sexta versión del Dominican Republic Jazz Festival, en esta ocasión el principal atractivo fue la presentación del prestigioso flautista puertorriqueño Nestor Torres. El concierto tuvo efecto la noche del sabado 23 de octubre en el Hotel Casa Marina Reff de Sosúa. Pero antes de la electrizante actuación de Torres, quien junto a su banda ejecutó algunos temas conocidos por el público y otros de su nuevo disco Sin palabras, el ambiente se había calentado bastante con las impactantes actuaciones de los percusionistas dominicanos Fellé Vega (Orquesta de las Danzas Mezcladas), Guarionex Aquino y Chichí Peralta, quien recibió un merecido homenaje por parte de los organizadores del evento.
Pero el broche de oro del festival fue la Jamming Session de Oscar Micheli y su Trío y el concierto de la artista dominicana Patricia Pereyra, efectuados durante la tarde y la noche del domingo 24 en Sea Horse Ranch de Cabarete. Así, al aire libre, en una contagiosa y memorable atmósfera de ritmo, magia y esplendor de la imaginación, el área de El Bosque de este paradisíaco y resguardado complejo turístico de la Costa Norte fue escogida por Lisa Bommarito Kirman para la presentación de una muy sui generis exposición pictórica del destacado artista dominicano Ricardo Toribio. Allí, sobre las rocas de los acantilados, bajo las uvas de playa y en pleno bosque iluminado de Sea Horse Ranch, instalaba el Maestro Toribio su maravillosa, espléndida y reveladora cosecha de imágenes esenciales. Precisamente, Lisa Kirkman nos advierte que Ricardo Toribio es uno de los artistas más importante del Caribe de hoy. Con sus pinceladas de ríos oleados y techos que se convierten en árboles, se revela la estrecha relación naturaleza-hombre en el Caribe, donde el agua, fuego, viento, mar y temblores son elementos de desafío particular. Y es que el Caribe para Toribio es una región que requiere un dogma en común. La madre naturaleza y los que habitan su reino son un testimonio de las condiciones socio-económicas del dominicano y el caribeño, donde la relación ser-intemperie es el enfoque de mayor interés.