UBI RIVAS
Alusivo al pretendido Reglamento de Campaña Electoral, Actos de Propaganda y Uso de los Medios de Comunicación que la Junta Central Electoral (JCE) ha expuesto para más que normalizar, incidentar el proceso electoral de mayo 16-08, ha desatado un reguero de pólvora que alimentada por protestas variopintas solo amerita de una chispita para incendiar la pradera política.

Fue el veterano periodista Rafael Molina Morillo, director del matutino El Día, quien puntualizó y requirió la modificación de unos capítulos a la JCE, en su importante documento al respecto, divulgado en el periódico aludido, en fecha 02-10-07, que realmente motivó al tribunal electoral a verter densos pareceres en relación a su pretendida modificación de la ley electoral 275-97.

Molina Morillo, padre del diarismo vespertino dominicano como fundador de El Nacional en 1966, presidente del Centro para la Libertad de Expresión de RD, Inc. vertió altruístas conceptos, como es la referencia histórica de su proceder profesional prístino, estableciendo disensiones contenidas en los capítulos 41 al 59, que específicamente, el doctor Roberto Rosario Márquez, presidente de la Cámara Contenciosa Administrativa de la JCE, pretende modificar.

De idéntica manera en que obtuvo sesgar ese apéndice de la JCE para administrar de cierta manera autónoma, los recursos del tribunal electoral para el montaje de las citas cívicas congresionales, municipales y presidencial.

Debido a que uno de los corolarios más señalados del 30-05-61 es que en lo sucesivo, los dominicanos pudiésemos disponer del albedrío legalmente establecido y prudentemente ejercido de la disensión, es que tanto el doctor Molina Morillo, los partidos políticos, medios de comunicación y otros colaterales de las llamadas «fuerzas vivas» del país, nos pronunciemos en referencia a lo pretendido por el doctor Rosario Márquez.

Los tres partidos políticos que accionan e insuflan energía las 24 horas al sistema, han rechazado las modificaciones que pretenden el doctor Rosario Márquez, y de inmediato, el talentoso jurista externó un juicio de valor osado, señalando que la oposición de los partidos políticos a las sugerencias de modificaciones o reglamentos, es porque «quieren seguir actuando como los chivos sin ley», o sin alcabala, las pirámides de palos que les cuelgan del cuello para que no trasciendan fincas ajenas.

Son reglamentos a añadirse a los existentes que coliden con la forma de los partidos realizar promociones en los medios de comunicación, spots, sondeos, que involucran a los artículos del 39 al 59, añadidos a los existentes, así como resoluciones, que el ex-presidente de la JCE, doctor Luis Arias Núñez, glosó en un importante texto que relaciones públicas del tribunal electoral difunde.

El diario El Caribe de fecha 05-10-07 informa que la JCE reconoce que hay 600 mil individuos sin actas de nacimiento, mientras que Dario Libre del 24-05-07 inserta una noticia procedente de la JCE en la que afirma que en las elecciones de 08 tendremos derecho al voto 5.6 mm.

También Diario Libre del 27-09-07 inserta que el tribunal electoral informa que para esa cita cívica los votantes, en vez de 5.6 mm seremos 6.0 mm, porque al 16-09-07, el padrón o patrón electoral experimentó un cortocircuito que produjo 230,846 nuevos votantes.

Depurar el padrón o patrón electoral, deshaitianizarlo profundo, no expedir actas de nacimiento a nacionales extranjeros sin documentación legal, consensuar antes de actuar, pienso que son medicinas o recetas altamente benéficas, que redituarían en vigorizar el proceso electoral venidero, o que ya está preparando la JCE, no añadir embrollos ni reyertas a su ordenamiento sereno, confiable, productivo para todos.