Hoy 
POR MANUEL JIMÉNEZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo ayer que la Junta Central Electoral (JCE) está en el ineludible deber moral de despejar cualquier duda que pueda surgir en torno a su imparcialidad y credibilidad frente al venidero proceso comicial, y recordó a sus jueces que ese organismo nació con un pecado original.
López Rodríguez tocó el tema en respuesta a una pregunta periodística mientras visitaba en el Palacio Nacional al vicepresidente Rafael Alburquerque, acompañado del también cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de Honduras, invitado del Arzobispado de Santo Domingo. Durante la visita estuvo la embajadora de Honduras, Magaly Funes.
El arzobispo de Santo Domingo recordó que en las elecciones presidenciales del 2004 ya tuvo que intervenir una comisión de seguimiento, aunque resaltó que en esta ocasión los propios jueces del tribunal electoral entienden que algo similar sería innecesario.
Bueno, pues si no es necesaria, adelante, a ver cómo hacen las cosas, pero que las hagan bien. Mas adelante sentenció: La Junta tiene el deber moral de disipar completamente todo lo que sea duda sobre su credibilidad; tiene la obligación de ofrecer una garantía a la población, y por supuesto a todos los partidos políticos de cómo se tienen que manejar las cosas antes de las elecciones.
López Rodríguez considera que esa actuación por parte del tribunal electoral es necesaria para que no estemos con sobresaltos y con dudas, con impugnaciones que son el cuento de nunca acabar en un certamen electoral.
El gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD) expresó sus dudas sobre la imparcialidad de los jueces de la Junta Central Electoral y pidió la integración de una comisión de notables que supervise el proceso, junto a observadores extranjeros
La decisión del PLD se produjo luego de que la semana pasada el tribunal decidiera acoger las candidaturas sometidas por la coalición opositora que integran los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), y que se alega fueron presentadas fuera del plazo que establece la ley electoral.
Yo voy a ser muy franco, como siempre lo he sido: la Junta Central Electoral tiene un pecado de nacimiento, dijo López Rodríguez cuando se le preguntó en torno al conflicto que envuelve al tribunal en estos momentos.
Entiende que si se hubiese hecho lo que se dijo originalmente, de no hacer las cosas como se hicieron (en cuanto a la integración del tribunal), pues no estaríamos lamentando las situaciones que están presentes.
López Rodríguez cree que el tribunal de elecciones no ha podido manejar las cosas que se les presentan y recordó que el mismo ha tenido que intervenir en estos procesos, aunque después ha dejado en eso a Monseñor Agripino Núñez Collado por que yo realmente no tengo mucho tiempo para estar en estas cosas. No es que a él tampoco le sobre el tiempo, él (Núñez Collado) tiene muchas obligaciones con la universidad.
No obstante, el cardenal López Rodríguez dijo que todos en el país entendemos que hay que hacer algo cuando se necesite hacerlo.
El arzobispo tocó también el tema de la delincuencia y reconoció que en el país se ha desencadenado una violencia irracional que tiene causas muy profundas. Primero tenemos en el fondo una realidad de pobreza que debe ser resuelta y junto con esto también tenemos mucha gente sin educación, sin familia, sin trabajo que está dedicada a la delincuencia porque ve que eso es lo que tiene que hacer.
Dijo que en este fenómeno también hay que poner como causa el tráfico y el consumo de drogas. Admitió, sin embargo, que no es una realidad exclusiva de República Dominicana, sino que desgraciadamente todos nuestros países han entrado en una espiral de violencia a consecuencia precisamente de todo este mercado de drogas.
Por otra parte, ratificó su oposición radical a toda reforma del Código Penal para permitir el matrimonio entre homosexuales.
De ninguna manera y mientras eso esté en el aire, lo voy a protestar y nadie me va a callar sobre el tema famoso de la homosexualidad, dijo.
