El oficialismo cambió de actitud respecto a fondos para partidos

Al principio parecía un combate de David contra Goliat. En nombre de una causa justa, que concitó el apoyo de la opinión pública, el Poder Ejecutivo dispuso la reducción de los fondos que por ley correspondían a los partidos y movimientos políticos.

La Junta Central electoral, especialmente su presidente el Dr. Román Jáquez Liranzo, inició una lucha desigual para convencer al Gobierno que entregara completa la asignación presupuestal. El director de Presupuesto, el locuaz, astuto e inteligente, y una vez importante dirigente del partido del Lic. Fernando Álvarez Bogaert, José Rijo, veterano y admirado amigo, se sigue resistiendo.

Aunque la desviación de tales recursos era para favorecer una causa noble, la construcción de una extensión de la Universidad Primada de América en Santo Domingo Este, no había dudas de que con ello se sentaba un mal precedente.

Para desgracia de la Junta Central Electoral, y de los propios partidos políticos, el presidente Luis Abinader respaldó esa reducción, pero como estamos en presencia de un jefe de Estado que no tiene reparos en rectificar o corregir decisiones, se produjo la primera gran señal del ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, un aparente cambio de actitud del oficialismo.

A partir de este anuncio se daba como un hecho lo que la semana pasada se concretó: la Junta Central Electoral entregó más de RD$1,200 millones al sistema de partidos, pero aclaró que fiscalizará de manera escrupulosa el uso de esos dineros, ojalá que así sea y se siente un precedente. Para nadie es un secreto que esos recursos muchas veces son utilizados en forma discrecional y que de los mismos han salido hasta ciertas fortunitas o grandes beneficiarios.

Pero apenas unas horas después de la entrega de los cuestionados fondos el flamante director de Presupuesto volvió por sus fueros advirtiendo que los partidos no recibirán más de 630 millones de pesos al menos que se modifique el Presupuesto.