POR INGRIS LEYBA
Después de tres años en la República Dominicana, tiempo en el que las relaciones amistosas con personalidades de diferentes sectores, le han hecho sentir como en casa, fue despedido el embajador de Francia acreditado en el país, Jean-Claude Moyret, en una emotiva recepción realizada en su residencia.

La ceremonia de despedida de Moyret se realizó en un ambiente acogedor rodeado de personalidades, líderes políticos, empresarios, miembros de la misión diplomática en el país y amigos, quienes compartieron con el diplomático su última actividad como embajador en este país.

El acto protocolar inició a las 8:30 de la noche con la intervención del homenajeado, quien agradeció a los funcionarios gubernamentales, así como a las diferentes instituciones públicas y privadas por el apoyo y el cariño que desde su llegada al país le han profesado.

“No quiero hacer una retrospectiva del pasado ni dar un toque demasiado formal a esta despedida. Con fracasos y logros he tratado de dar lo mejor de mí para impulsar el desarrollo de las relaciones entre nuestros dos países”.

Manifestó que en su vida cotidiana ha recibido el mismo apoyo y muestra de cariño de parte de la gente de este pueblo generoso, “ese toque personal cálido y amistoso lo recibí desde la persona más humilde de la sociedad hasta los miembros de las élites”. 

Finalmente dijo que bien  podría terminar su discurso con una cita impresionante de algún filósofo o científico francés, pero haciendo gala de la humildad que lo caracteriza, dijo que prefería concluir con dos palabras compartidas por todos los dominicanos, Sergio Vargas, Fernando Villalona y Milly Quezada… “Dominicano soy”, “así me han hecho sentir en estos tres años que he vivido aquí”.