Jean-François Bazin y Yu Mei Qin de Bazin
Un amor que traspasa fronteras

<p><span>Jean-François Bazin y Yu Mei Qin de Bazin<br /></span><strong>Un amor que traspasa fronteras</strong></p>

Por Luisa Blanco
Fotografías: Roberto Concepción

Una vez llegamos a su hogar percibimos esa energía positiva que pone en evidencia la esencia del Feng Shui, técnica milenaria de origen chino que literalmente significa “viento y agua”.

Y es que no tan sólo en esta residencia podemos sentir esta buena vibra, sino más bien en quienes la habitan. El es una digna representación de la cultura europea: educado, amable y disciplinado; ella, con su encanto de mujer asiática, nos recibe con un efusivo saludo, dejando bien claro las costumbres de su natal China, pero al mismo tiempo, se proyecta como una mujer muy moderna, tanto por su estilo de vestir como por sus portes de dama refinada y educada.

Se conocieron hace siete años en Surinam. Él trabajaba en la embajada de Francia y ella era empresaria en el negocio de la madera. “Surinam es un país donde no hay muchos habitantes y casi la mitad de la población está en la capital. Como es pequeño, nos encontramos y nos enamoramos a primera vista”, nos dicen con gran complicidad.

Jean-François Bazin nació en Marruecos, Marrakech, y se graduó en la Universidad de París Panthéon. Desde 1980 desarrolla una carrera diplomática que lo llevó a Africa del Sur, Ecuador, Estados Unidos, México y ahora ocupa la posición de Primer Consejero de la Embajada de Francia en la República Dominicana.

Yu Mei Qin de Bazin nació en China, entre las ciudades de Shanghai y Nanjin, en la provincia de Jiangsu, donde pasa su infancia y juventud. Trabajó para la televisión como modelo, luego se trasladó a Canton y después a Hong-Kong.

Ellos son un fiel ejemplo de que el amor no sabe de diferencias culturales, no tiene límites ni fronteras. Ella no hablaba francés. Él, luego de siete años juntos, le cuesta hablar chino. Tan sólo tienen en común el gran amor que sienten mutuamente, y esto es más que suficiente para que sean los protagonistas de esta edición especial de San Valentín, porque son un fiel ejemplo de amores que van más allá de las fronteras.

De su esposa le gusta ese encanto de la mujer asiática. “Ella siempre parecerá más joven de lo que es en realidad, es una gran ventaja que ellos tienen. También admiro su simpatía, su trato amable con la gente, el humor, la forma abierta de expresarse y a pesar de que yo era un europeo sin ningún conocimiento en aquel entonces de China, ella fue muy colaboradora y es la gran virtud que tiene de poder hacer sentir a la gente muy cómoda y yo me sentí tan a gusto que no puedo dejar de molestarla”.

Mientras que ella define a su esposo como un hombre muy inteligente. “Hay dos personas en él, por un lado está el hombre muy serio en su profesión, y por otro lado, es un ser totalmente libre, divertido y cariñoso”.

Ante estas diferencias culturales tan marcadas se me ocurre preguntarles ¿cómo conviven un europeo y un asiático?

“Creo que la receta es que cada quien hace su camino. Me encanta la cultura China, pero tiene muchos códigos. Trato en mi vida cotidiana de ingerir cosas de la vida China como el Feng Shui. En el caso de ella, como vivió en Hong Kong, que es una ciudad muy internacional, desde muy joven conoció la cultura europea”, explica Bazin.

Al hablar de Francia, expresa que  “me da mucho orgullo de pertenecer a este país que aportó al mundo algunos valores. En el caso especial de la República Dominicana, tenemos el mismo derecho que se denomina “Corpus Jurídico7

De su lado, la señora Qin de Bazin señala que “nací en China y siempre me sentiré china. Me criaron allá hasta los 22 años; siento mucho orgullo por la provincia donde nací, porque dio al país muchos poetas, escritores y artistas. Mi cultura es muy antigua, soy producto de mi tradición y de mi cultura, pero al mismo tiempo soy muy moderna. Estoy acostumbrada a saludar con besos que es totalmente distinto a lo que hacen los chinos, costumbre que adquirí al casarme con un francés, con una cultura occidental, porque está cerca de España, por eso sentimos que somos un poco latinos”.

Aunque reconoce que al principio no fue tan fácil convivir juntos, afirma que “hoy puedo decir que soy más europea y mi esposo es más chino. Ahora soy muy caribeña, cada vez me siento más feliz en este país, quiero a la gente y al mismo tiempo tengo la impresión de que la gente me quiere y estoy muy acostumbrada al movimiento social de este país”.

Es el momento preciso para pedirle su opinión de la República Dominicana a lo que ellos definen como la entrada al continente americano. “Es una puerta tan favorable que la gente en Europa piensa en el continente americano y ubica este país entre los preferidos. Nos hemos adaptado  muy bien, porque la gente es encantadora. A mi esposa le encanta el baile latino, es bachatera y merenguera, aprendió a bailar estos ritmos antes que hablar español”, nos dice entre risas, para continuar explicando que cuando llega a la casa tiene que bajar el volumen del radio que toca una bachata o un  merengue que escuchan su esposa y la señora del servicio, que ya forma parte de esta familia7

Y ¿usted baila bachata? “El reproche que ella me hace es que no trato de aprender. Lo que me gusta es el deporte, por esto mi esposa me dice que el balie y el deporte no son cosas muy compatibles porque el baile requiere de mucha dulzura, que no es el caso de los deportes, en los que se toma en cuenta más el esfuerzo y  la rapidez”.

Lo que sí les gusta hacer juntos es recorrer el país, en especial las montañas, específicamente la región del Cibao, claro está, por la bachata, la comida, la gentileza de los cibaeños y por el aire que es más puro.  “Hemos estado en Jarabacoa y en mi caso particular me encanta el cerdo asado y el chivo”, nos dice el señor Bazin.

Al hablar de los dominicanos, Jean François nos comenta que admira la calidad de vida de esta gente de tomarse todas las cosas muy tranquilamente cuando los europeos padecen de demasiado estrés.

De su lado, a Yu Mei le gusta el clima tropical porque nació en una parte de China bastante fría en el invierno y demasiado caliente en el verano7

Vida Diplomática

Al igual que su esposo, lo que más le gusta del mundo diplomático es la vida social y la gran ventaja de que cada tres años pueden conocer cosas nuevas y enriquecer sus conocimientos.

La señora de Bazin entiende que la carrera diplomática es muy delicada y no se puede hablar sin pensarlo antes. “Cada palabra cuenta, porque soy una parte importante de este trabajo”.

Ante esta expresión, Bazin recuerda que sus padres eran diplomáticos y su madre le decía que en una pareja diplomática la mujer tiene un rol importante. “Siempre estuve de acuerdo con ella, observaba como apoyaba a mi padre y de la misma forma, mi esposa me ayuda mucho con mi trabajo. Si he tenido algunos éxitos en esta carrera se lo debo en gran parte a ella”.

Los señores Bazin piensan estar en República Dominicana hasta el próximo verano. “Será un país que siempre recordaremos, porque tenemos muchos amigos en la comunidad diplomática y fuera de ella” expresa7

 Esta pareja tiene planificado pedir algunos puestos en Asia, no tan sólo para estar cerca de la familia de Yu Mei, sino para conocer ese continente que es tan diverso y enriquecedor, donde la diplomacia puede hacer mucho.

En nuestro país usted ocupa la posición de primer consejero de la Embajada de Francia, ¿en qué consiste su trabajo? “Es el primer colaborador del Embajador, o sea, el coordinador de todos los servicios de la Embajada y también reemplaza al Embajador cuando sea necesario y cuando él no está presente es el encargado de negocios en la misión diplomática, pero más que todo, es el primer consejero, es como un consejero político de la Embajadora y al mismo tiempo, coordinador para que todos los servicios funcionen bien y con la meta principal de fortalecer las relaciones con República Dominicana”.

Antes de llegar a este país, Jean François estaba a cargo de 14 países del Caribe en el Ministerio de Asuntos Exteriores. “En esa posición me tomó un poco de tiempo el problema de Haití, porque había una crisis en el país vecino y por esa razón no pude dedicarme tanto a la República Dominicana, pero ahora me siento muy a gusto de trabajar en un país tan amistoso y estoy muy feliz de estar en su país”.

Lo que más disfrutan de la vida diplomática es compartir con personas de cultura tan diversa y sobretodo trabajar para ayudar el país donde estamos asignados a desarrollarse y a profundizar la democracia.

De todas las posiciones que ha ocupado el señor Bazin, la que más le ha marcado fue cuando empezó su carrera en Africa del Sur. “Un país donde yo sabía que algún día ese régimen horrible tenía que desaparecer para siempre. Se puede imaginar un país donde los blancos no se mezclaban para nada con los negros. Yo fui testigo de una cosa que parece una barbaridad y que la gente no se puede imaginar que esto existía en los años 80. Gracias a Dios este régimen desapareció y dio luz a una democracia. Luego me enviaron a Ecuador, donde permanecí tres años, un país encantador, con gente muy buena y viviendo en las alturas de Quito, allí aprendí hablar el español”. 

Conocerlos fue realmente muy enriquecedor, porque con sus experiencias en el mundo diplomático nos trasladamos a las románticas y encantadoras ciudades de Francia, hasta la imponente y antigua cultura China, que pesar de sus distancias y evidentes diferencias, corroboran el poder del amor que traspasa todo tipo de fronteras.

De su esposa le gusta ese encanto de la mujer asiática. “Ella siempre parecerá más joven de lo que es en realidad, es una gran ventaja que ellos tienen. También admiro su simpatía, su trato amable con la gente, el humor, la forma abierta de expresarse y a pesar de que yo era un europeo sin ningún conocimiento en aquel entonces de China, ella fue muy colaboradora y es la gran virtud que tiene de poder hacer sentir a la gente muy cómoda y yo me sentí tan a gusto que no puedo dejar de molestarla”.

Mientras que ella define a su esposo como un hombre muy inteligente. “Hay dos personas en él, por un lado está el hombre muy serio en su profesión, y por otro lado, es un ser totalmente libre, divertido y cariñoso”.

Ante estas diferencias culturales tan marcadas se me ocurre preguntarles ¿cómo conviven un europeo y un asiático?

“Creo que la receta es que cada quien hace su camino. Me encanta la cultura China, pero tiene muchos códigos. Trato en mi vida cotidiana de ingerir cosas de la vida China como el Feng Shui. En el caso de ella, como vivió en Hong Kong, que es una ciudad muy internacional, desde muy joven conoció la cultura europea”, explica Bazin.

Al hablar de Francia, expresa que  “me da mucho orgullo de pertenecer a este país que aportó al mundo algunos valores. En el caso especial de la República Dominicana, tenemos el mismo derecho que se denomina “Corpus Jurídico7

De su lado, la señora Qin de Bazin señala que “nací en China y siempre me sentiré china. Me criaron allá hasta los 22 años; siento mucho orgullo por la provincia donde nací, porque dio al país muchos poetas, escritores y artistas. Mi cultura es muy antigua, soy producto de mi tradición y de mi cultura, pero al mismo tiempo soy muy moderna. Estoy acostumbrada a saludar con besos que es totalmente distinto a lo que hacen los chinos, costumbre que adquirí al casarme con un francés, con una cultura occidental, porque está cerca de España, por eso sentimos que somos un poco latinos”.

Aunque reconoce que al principio no fue tan fácil convivir juntos, afirma que “hoy puedo decir que soy más europea y mi esposo es más chino. Ahora soy muy caribeña, cada vez me siento más feliz en este país, quiero a la gente y al mismo tiempo tengo la impresión de que la gente me quiere y estoy muy acostumbrada al movimiento social de este país”.

Es el momento preciso para pedirle su opinión de la República Dominicana a lo que ellos definen como la entrada al continente americano. “Es una puerta tan favorable que la gente en Europa piensa en el continente americano y ubica este país entre los preferidos. Nos hemos adaptado  muy bien, porque la gente es encantadora. A mi esposa le encanta el baile latino, es bachatera y merenguera, aprendió a bailar estos ritmos antes que hablar español”, nos dice entre risas, para continuar explicando que cuando llega a la casa tiene que bajar el volumen del radio que toca una bachata o un  merengue que escuchan su esposa y la señora del servicio, que ya forma parte de esta familia7

Y ¿usted baila bachata? “El reproche que ella me hace es que no trato de aprender. Lo que me gusta es el deporte, por esto mi esposa me dice que el balie y el deporte no son cosas muy compatibles porque el baile requiere de mucha dulzura, que no es el caso de los deportes, en los que se toma en cuenta más el esfuerzo y  la rapidez”.

Lo que sí les gusta hacer juntos es recorrer el país, en especial las montañas, específicamente la región del Cibao, claro está, por la bachata, la comida, la gentileza de los cibaeños y por el aire que es más puro.  “Hemos estado en Jarabacoa y en mi caso particular me encanta el cerdo asado y el chivo”, nos dice el señor Bazin.

Al hablar de los dominicanos, Jean François nos comenta que admira la calidad de vida de esta gente de tomarse todas las cosas muy tranquilamente cuando los europeos padecen de demasiado estrés.

De su lado, a Yu Mei le gusta el clima tropical porque nació en una parte de China bastante fría en el invierno y demasiado caliente en el verano7

Vida Diplomática

Al igual que su esposo, lo que más le gusta del mundo diplomático es la vida social y la gran ventaja de que cada tres años pueden conocer cosas nuevas y enriquecer sus conocimientos.

La señora de Bazin entiende que la carrera diplomática es muy delicada y no se puede hablar sin pensarlo antes. “Cada palabra cuenta, porque soy una parte importante de este trabajo”.

Ante esta expresión, Bazin recuerda que sus padres eran diplomáticos y su madre le decía que en una pareja diplomática la mujer tiene un rol importante. “Siempre estuve de acuerdo con ella, observaba como apoyaba a mi padre y de la misma forma, mi esposa me ayuda mucho con mi trabajo. Si he tenido algunos éxitos en esta carrera se lo debo en gran parte a ella”.

Los señores Bazin piensan estar en República Dominicana hasta el próximo verano. “Será un país que siempre recordaremos, porque tenemos muchos amigos en la comunidad diplomática y fuera de ella” expresa7

 Esta pareja tiene planificado pedir algunos puestos en Asia, no tan sólo para estar cerca de la familia de Yu Mei, sino para conocer ese continente que es tan diverso y enriquecedor, donde la diplomacia puede hacer mucho.

En nuestro país usted ocupa la posición de primer consejero de la Embajada de Francia, ¿en qué consiste su trabajo? “Es el primer colaborador del Embajador, o sea, el coordinador de todos los servicios de la Embajada y también reemplaza al Embajador cuando sea necesario y cuando él no está presente es el encargado de negocios en la misión diplomática, pero más que todo, es el primer consejero, es como un consejero político de la Embajadora y al mismo tiempo, coordinador para que todos los servicios funcionen bien y con la meta principal de fortalecer las relaciones con República Dominicana”.

Antes de llegar a este país, Jean François estaba a cargo de 14 países del Caribe en el Ministerio de Asuntos Exteriores. “En esa posición me tomó un poco de tiempo el problema de Haití, porque había una crisis en el país vecino y por esa razón no pude dedicarme tanto a la República Dominicana, pero ahora me siento muy a gusto de trabajar en un país tan amistoso y estoy muy feliz de estar en su país”.

Lo que más disfrutan de la vida diplomática es compartir con personas de cultura tan diversa y sobretodo trabajar para ayudar el país donde estamos asignados a desarrollarse y a profundizar la democracia.

De todas las posiciones que ha ocupado el señor Bazin, la que más le ha marcado fue cuando empezó su carrera en Africa del Sur. “Un país donde yo sabía que algún día ese régimen horrible tenía que desaparecer para siempre. Se puede imaginar un país donde los blancos no se mezclaban para nada con los negros. Yo fui testigo de una cosa que parece una barbaridad y que la gente no se puede imaginar que esto existía en los años 80. Gracias a Dios este régimen desapareció y dio luz a una democracia. Luego me enviaron a Ecuador, donde permanecí tres años, un país encantador, con gente muy buena y viviendo en las alturas de Quito, allí aprendí hablar el español”. 

Conocerlos fue realmente muy enriquecedor, porque con sus experiencias en el mundo diplomático nos trasladamos a las románticas y encantadoras ciudades de Francia, hasta la imponente y antigua cultura China, que pesar de sus distancias y evidentes diferencias, corroboran el poder del amor que traspasa todo tipo de fronteras.

En Corto:

Un buen recuerdo:

Compartir con nuestros amigos dominicanos sus reuniones familiares.

Un lugar pendiente por visitar:

Xian, la antigua capital del Imperio Chino.

Una ciudad para vivir:

En Andalucía

Canción favorita:

Bésame Mucho

Un personaje histórico:

Marco Polo

Un perfume:

Platinum Egoïste de Chanel

Comida predilecta:

La del suroeste de Francia, especialmente del Périgord.

Cuatro preguntas por el amor
Yu Mei Qin de Bazin

¿Cómo definiría el amor?

El amor es la capacidad de una pareja de entregarse al otro, de compartir tanto la felicidad como la tristeza, y eso, durante toda la vida. El amor es también la capacidad de perdonar.

¿Qué es lo que más le gusta de su esposo?

Su sentido del humor.

¿Cómo puede definir a su esposo?

Es una persona inteligente y honesta en su trabajo, y cariñosa en la casa.

¿Cómo conviven dos personas con culturas tan distintas?

Es un trabajo de todos los días, cada uno tratando no solamente de conocer más la cultura del otro, sino de adoptarla, de hacerla suya lo más que se pueda. Todo se basa en la tolerancia.

Cuatro preguntas por el amor 
Jean-François Bazin

¿ Cómo definiría el amor?

El amor es una bendición, de modo que cuando lo recibimos, nos dedicamos a preservar lo más que se pueda la felicidad que nos brinda.

¿Qué es lo que más le gusta de su esposa?

Yu Mei es una persona con una inmensa generosidad del corazón, y este corazón lo envuelve además un estuche muy precioso.

¿Cómo puede definir a su esposa?

Tal como se traduce su nombre chino, ella es una flor de Jade, una combinación de suavidad, la de la flor, de pureza, la de esta piedra de Jade que es tan importante en la cultura de su país de origen. Además, para mí es la perfecta esposa de diplomático.

¿Cómo conviven dos personas con culturas tan distintas?

Es cierto que es algo para no aburrirse! Es la mejor escuela de tolerancia que se pueda concebir.

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