Jeannette Miller, fórmulas para llegar a Ítaca

Jeannette Miller, fórmulas para llegar a Ítaca

Diomedes Núñez Polanco

-y II-

La vida y el espacio vital en que se han desarrollo la escritura y demás actividades de nuestra laureada Jeannette Miller (educadora, historiadora del arte, crítica de las artes visuales, gestora cultural y sus aportes a la definición y desarrollo de políticas públicas en el área cultural, así como su reflexión en torno a la espiritualidad, entre otras), constituyen un diorama especial, a partir de una trayectoria de estudios, investigación y vivencias, como si se tratara de un recorrido por laberínticos caminos de la historia dominicana.

Así quedó planteado magistralmente en el Pabellón que, bajo la concepción y conducción de la poeta e investigadora Ilonka Nacidit Perdomo, le dedicó la XXV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2023. Ha sido un tránsito largo, intenso: “El viaje”, como tituló el conjunto de poemas que le publicó la revista “Cuadernos Hispanoamericanos”, de Madrid, en 1967. El retorno de Ulises a su Ítaca amada, en la visión de Konstantino Cavafis, y el mismo Antonio Machado, en su himno al caminante, como misión y destino de levantar utopías y mundos nuevos.

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La obra de Jeannette Miller es prolífica, abarcando diversos géneros, como se dijo en la entrega anterior. Pero su poemario “Fórmulas para combatir el miedo”, de 1972, tiene un lugar destacado en la historia de la literatura dominicana, no solo por su calidad literaria, sino porque expresa la atmósfera, el aliento, los sueños y, al mismo tiempo, el desaliento de una etapa crucial de nuestro país.

Ya antes de salir hacia España, en 1965, además de ser testigo de toda la agitación nacional que devino tras el ajusticiamiento de Rafael Trujillo, la elección y el derrocamiento del gobierno democrático y progresista de 1963, encabezado por el profesor Juan Bosch, la Revolución de Abril y la intervención militar estadounidense de 1965, y su tiempo de prisión en la fortaleza de Sans Soucí, “sospechosa de ser rebelde”, fue docente en el Hogar Escuela Santo Domingo Savio, dirigido por el padre salesiano Bartolomé Vegh. También allí pudo conocer el estado de violencia y agitación que vivía la República. Cuenta un incidente de entonces:

“Fue por cerca de tres meses (finales de junio, julio, agosto) – que estuvo en ese centro educativo- , en lo que mi familia preparaba mi salida del país. No olvido que en el curso que me asignaron había muchachos grandes y pequeños; y casi acabada de entrar, un grandecito le dio una pedrada a un muchacho pequeño y yo lo llevé a la enfermería lleno de sangre y se le veía en la frente la herida abierta. No sé de dónde saqué fuerzas para permanecer tranquila y consolarlo”.

Retomando el hilo sobre el libro de Jeannette, la literatura y las artes en general, expresaban los sentimientos de esa época, como antes se reflejó en el poemario “El viento frío” (1967), de René del Risco Bermúdez, y luego en la conocida y laureada novela “Solo cenizas hallarás (bolero)” (1980), de Pedro Vergés, entre otras obras.

En la presentación de “Fórmulas para combatir el miedo”, el poeta Manuel Rueda afirmó: “…con su voz atenorada, comienza a entonar sus efectivas “fórmulas” con las que trata de exorcizar , no solo el miedo, sino el tiempo del miedo, el amor al miedo, y el valor de tener todo el miedo posible para derrotar al miedo en sus diversas manifestaciones”.

Cuando regresó a su patria, el 20 de octubre de 1961, luego de largo exilio, el profesor Bosch proclamó: “Hay que matar el miedo,…que ha estado padeciendo nuestro país, nuestro pueblo…”

La vida y la obra de Jeannette Miller son “testigo de la luz” de nuestro tiempo, y como sentenció Cavafis, con tanta experiencia, luego de un “camino largo, lleno de aventuras”, “entenderás ya qué significan las Ítacas”.