La jefatura policial del mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín ha procurado en todo momento el consenso de los ciudadanos, los medios de comunicación, como método de obtener el visto bueno de la sociedad.

Distinto a otros jefes policiales, Guzmán Fermín mantiene distancia con los comunicadores, mas bien recela de ellos, estrategia o forma sui generis de accionar opuesta a la de su progenitor, mayor general EN (r) Rafael Guillermo  Guzmán Acosta cuando desempeñó la posición que hoy ostenta su hijo. Pero el hombre es definitivamente inteligente, capaz, formado en la escuela de Carabineros de Chile, el fragor de la Guerra Fría y en consecuencia, sicorígido, evolucionado con la semoviencia de los tiempos a los requerimientos y acoplamientos del trepidante hoy, saturado  de violencia y lastrado de narcotráfico.

Pese a que la última encuesta Gallup-Hoy sitúa a la Policía Nacional como una de las instituciones más corruptas del Estado, quizás es la que menos, analizando el salario de un agente del orden que apenas roza los RD$7 mil mensuales. La delincuencia ha crecido en el país no a expensas de la lenidad policial, sino como consecuencia directa de la indexación de la pobreza, el desempleo y la indefinición en la ciudadanía y en especial de la juventud. Guzmán Fermín ha manejado la coyuntura con destreza, eficiencia, constancia y la prueba es que en un sondeo verificado por CNN se anota a este enérgico y talentoso jefe policial que Santo Domingo es una de las tres capitales latinoamericanas más seguras, un aval sólido para la gestión de Guillermito. ¡Albricias!

En la comparecencia ante el grupo de comunicación Corripio el doce del presente mes, el jefe policial lució seguro, enfático, desinhibido, jocoso, y si Barrio Seguro no ha reportado logros esperados, la culpa no es suya, porque no han interactuado los organismos periféricos de soporte básico.