POR ELIAS RUIZ MATUK
El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) admitió  ayer que el poder del narcotráfico “es muy amplio” y que apela a todos los recursos para aminorar las posibilidades que tienen los gobiernos para enfrentarlo.

”Pero eso no impedirá que la Dirección Nacional de Control de Drogas siga trabajando de manera firme y decidida contra ese mal que nos afecta a todos, sin importar la posición social y económica de los ciudadanos dominicanos”, enfatizó.

El mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira emitió sus consideraciones a propósito de las declaraciones del secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien dijo que la contratación de sicarios de parte del narcotráfico internacinoal para realizar “ajustes de cuentas” es un modus operandi común en ese sector donde intervienen factores como “lucha de poderes”, en la que no se respeta la  vida ni las leyes de ningún país del mundo.

Ramírez Ferreira también aludió a las opiniones expuestas en las últimas horas por dignatarios católicos, incluido el nuncio apostólico Timothy Broglio y el coordinador de la Pastoral Juvenil, sacerdote Luis Rosario, en el sentido de que es necesario prestarle atención al narcotráfico, a los fines de evitar que los jóvenes sigan cayendo en las garras de la drogadicción y otras modalidades delictivas.

“La preocupación de esos hombres de Dios, comenzando por el enviado del Santo Padre, es la mía y la de cientos de miles de dominicanos. El apoyo de la Iglesia, o más bien de las Iglesias, es fundamental en esta tarea que estamos desarrollando”, dijo el presidente de la DNCD. Añadió que ese problema social también es una preocupación del  Consejo Nacional de Drogas, CND, entre otras instituciones vinculadas a la prevención del uso de sustancias prohibidas. Ramírez Ferreira  atribuyó a “confrontaciones entre (narcotraficantes) mayoristas y distribuidores”, las últimas muertes sangrientas ocurridas recientemente en Santo Domingo, La Vega y Puerto Plata.

Dijo que la represión de ese organismo ha motivado las acciones criminales entre grupos vinculados al narcotráfico y afirmó que la DNCD ha intensificado sus esfuerzos en  todo el país, pero con énfasis en la capital,  Santo Domingo, Puerto Plata y Santiago, lugares que definió como “neutrales en la labor que estamos desarrollando”.

Ramírez Ferreira consideró que esa violencia causa gran preocupación a la DNCD, “por la forma como se liquidan entre sí los involucrados en el negocio de las drogas”, razón por la cual volvió a reclamar a los padres que vigilan siempre las actuaciones de sus hijos, comenzando con quiénes se juntan.

Manifestó que a pesar de que la responsabilidad de la DNCD es perseguir a los violadores de la Ley 50-88, la entidad tiene la obligación de trabajar en conjunto con el CND, en tareas preventivas, así como colaborar con las instituciones que tienen que ver con la rehabilitación de los adictos.

“Esa es una tarea que no podemos ignorar”, sostuvo, tras lo cual afirmó que es la falta de pago a los “suplidores (de drogas)” que están originándose tantas muertes entre los integrantes de la red de narcotráfico en el país.