POR R. GONZÁLEZ
El jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, afirmó que en su gestión al frente de esa institución, no se hablará de los criticados intercambios de disparos donde caen abatidos presuntos delincuentes.
Guzmán Fermín expresó que lo que muchos llaman aquí intercambios de disparos no son más que el ejercicio de la legítima defensa a que tienen derecho los miembros de la Policía Nacional cuando enfrentan a delincuentes que cada vez se hacen más desafiantes.
El jefe policial declaró que hasta el miércoles de la semana pasada habían caído en cumplimiento de su deber, seis miembros de la institución y que 12 habían sido heridos de bala.
Añadió que a esa misma fecha 16 presuntos delincuentes también habían caído al enfrentar a la Policía.
Indicó que esas cifras demuestran a todas luces que son muchos los miembros de la Policía que son atacados cuando tratan de cumplir con su deber enfrentando la delincuencia que trata de imponer su fuerza en las calles.
El mayor general Guzmán Fermín dijo que en su gestión se trabaja para fortalecer la policía preventiva, que tendrá como meta principal prevenir el delito.
Declaró que en estos últimos días ha dispuesto el reforzamiento del patrullaje policial para hacer frente a la delincuencia.
Guzmán Fermín manifestó que la institución mide los índices de delincuencia por cada cien mil habitantes.
MAS INVERSION, MENOS REPRESION
Asimismo, el jefe policial, afirmó que cuando se hacen pequeñas inversiones en las comunidades, los miembros de la institución no tienen que reprimir manifestaciones que muchas veces se les van de las manos de los organizadores.
En este sentido, Guzmán Fermín, dijo que es frecuente el reclamo de organizaciones comunitarias para que se instalen por ejemplo, un transformador para resolver problemas en el suministro de energía.
Sostuvo que cuando se producen protestas para reclamar soluciones a ese tipo de problemas, la Policía tiene que aplacar los ánimos tirando bombas lacrimógenas que muchas veces salen más caras a la institución que lo que cuesta un transformador.
Para ilustrar su afirmación, Guzmán Fermín dijo que un transformador cuesta de 30 a 40 mil pesos, mientras que una bomba lacrimógenas cuesta a la institución le sale por dos mil pesos.
Explicó que cuando se lanzan cien bombas lacrimógenas a quienes reclaman soluciones a este tipo de problemas, se gastan más recursos que los que se necesitarían para resolver el problema.
Es mejor invertir para resolver este tipo de problemas que reprimir gastando más que lo que cuenta la obra, dijo el mayor general Guzmán Fermín al intervenir como expositor en el primer desayuno organizado por el Colegio de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia).
Guzmán Fermín participó en dicho evento por su condición de colegiado de esa entidad.
Dijo que como miembro del Codia se ha cuidado de estar al día en el pago de sus cuotas. Además de ingeniero, Guzmán Fermín es graduado en administración de empresa.