SANTIAGO. El jefe de la Polícia Nacional, mayor general José A. Polanco Gómez, defendió ayer la actuación de la institución en el caso de Jean Carlos de León (Cacón), abatido el viernes por una patrulla.
Expresó que el pueblo es testigo de los llamados para que se entregara que se le hicieron al joven, quien murió en un supuesto enfrentamiento con agentes policiales dos horas después de que aceptara entregarse vía la Comisión de Derechos Humanos, y luego de que Polanco Gómez le pidiera que ya no se entregara.
«Duramos seis días diciendo que se entregaran quienes mataron al coronel, que usaran cualquier medio, sea la Iglesia Católica o un dirigente comunitario y no lo hizo. Cuando lo fueron a arrestar disparó y lamentablemente tuvo ese final, que no es el que queríamos», expresó.
Empero, versiones indican que fue baleado a corta distancia cuando estaba en el suelo y tiene disparos incluso en los glúteos.
Polanco insistió en que el objetivo principal era arrestarlo, pero que no va a permitir desafíos a la autoridad, porque ninguna policía del mundo, ninguna sociedad organizada lo permite.
Recordó que los propios familiares de De León dijeron que andaba armado y que consumía drogas.
Sin embargo, su padrastro afirmó que esto no lo incrimina, porque el muchacho estaba en casa de su madre cuando mataron al coronel Pedro de la Cruz.
«Cuando Rey se entregó, el compañero de Cacón, fuimos respetuosos de sus derechos. Ahora, con los que desafían el orden nosotros vamos a utilizar los procedimientos que se utilizan en cualquier caso», alertó.
Indicó que no le teme a las críticas y que su compromiso es preservar la seguridad ciudadana y, dentro de esa función, respetar los derechos humanos sin importar la infracción que se haya cometido.
«Los cuerpos de policía en el mundo entero tienen un entrenamiento sobre el uso de la fuerza y saben cuando usarlo y cuando no», detalló.
Enrevistado en una entrega de juguetes, dijo que a veces, sin querer hacerlo, tienen que usar la fuerza, porque hay gente que no respeta las reglas de convivencia pacífica.