El jefe de la Policía Nacional, mayor general José Rafael Edilio Polanco Gómez, responsabilizó ayer en el tribunal a los nueve acusados de sicariato de ser los ejecutores del ex coronel José Amado Conzález González, de la misma institución; de Omar Antigua Polanco, del empresario Rubén Soto Hayet y del recluso Gabriel Arias Castillo (Álex el Pelotero).
Polanco Gómez dijo que en el centro de estos crímenes figura como autor el presunto narcotraficante puertorriqueño José David Figueroa Agosto.
El jefe de la Policía revivió la teoría policial de que Figueroa Agosto ordenó la muerte de sus allegados y relacionó el modus operandi de estos asesinatos con el crimen el 3 de diciembre de 2008 de Bienesa Cesarina Capellán (Bianca La Gorda) y el ex sargento policial Julio César Amador Cuevas, en marzo de 2007. En este último hecho, ocurrido en la avenida Máximo Gómez casi esquina 27 de Febrero, también resultó herido un amigo de Amador Cuevas.
Interrogado por espacio de tres horas en el Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, en su calidad de exdirector Central de Investigaciones Criminales (DICRIM), Polanco Gómez señaló que el 17 de septiembre del 2009, a Arias Castillo le ocuparon varios kilogramos de cocaína, armas de fuego, como metralletas, fusiles y una pistola Glock, que al ser investigada coincidió con casquillos levantados en la escena del crimen de Bianca La Gorda.
Según el general Polanco Gómez, Arias Castillo fue asesinado el 26 de abril de 2010 supuestamente por José Aníbal Hidalgo García, apodado Molmo, actuando a través de dos reclusos de la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
Expresó que el imputado Gian Enrique Rojas Matos (Chico Raro) se comunicaba por teléfono celular con Figueroa Agosto luego de que éste escapara del país el 3 de agosto de 2009.
Manifestó el jefe policial que las investigaciones arrojaron que Rojas Matos tenía varios teléfonos celulares, comprados en un centro, pero que ninguno estaba a su nombre. Por lo que rastrearon un número de teléfono que había sido adquirido por un particular, quien finalmente no lo compró por no poder pagar el precio del aparato.
El jefe de la Policía Nacional calificó al grupo de criminal y peligroso.
Polanco Gómez narró los operativos realizados en Santiago para arrestar a los imputados, en los cuales participaron 50 hombres, y en el allanamiento de ocho casas, para recuperar las armas asesinas.
Las claves
1. Interrogatorio deficiente
A las 12:03 de la tarde el Ministerio Público pudo comenzar su interrogatorio al mayor general Polanco Gómez, ya que una hora antes abogados de la defensa objetaron su participación, argumentando que no aportaría nada al proceso, por no ser un investigador directo de los hechos. La fiscal adjunta Cándida Ramos no logró que el jefe policial revelara aspectos novedosos sobre los crímenes y permitió que pasara mucho tiempo hablando de sus 30 años de labor en la Policía, con un recuento de sus funciones y adquisición de rango hasta el 16 de agosto de 2010, cuando ascendió ala Jefatura. Por un momento, parecía que Polan co Gómez iba por un lado y la fiscal por otro. El oficial relataba los hechos como si tuviera un chip en la memoria con una precisión sorprendente de fechas y hechos. Nunca se le preguntó cuáles de los presentes cometieron los crímenes.