Jefe rebelde tilda la tregua de «fracaso», siguen los bombardeos

Jefe rebelde tilda la tregua de «fracaso», siguen los bombardeos

DAMASCO, (AFP).- Un jefe rebelde tildó de «fracaso» la tregua propuesta por el mediador internacional Lajdar Brahimi con motivo de la fiesta musulmana del Aid Al Adha en Siria, donde el sábado los combates se intensificaron, los aviones sobrevolaban las ciudades clave y, al menos, 150 personas murieron desde la víspera.

La tregua aceptada por el régimen del presidente Bashar al Asad y el Ejército Sirio Libre (ESL) el jueves planteó la posibilidad de una detención de los combates por primera vez después de 19 meses de conflicto.

Pero ya el viernes, primer día del Aid Al Adha, una de las fiestas más sagradas en el islam, el alto el fuego se rompió por nuevos enfrentamientos, mortíferos coches bomba y una nueva promesa del régimen de dar caza a los «terroristas armados», términos que emplea el régimen para referirse a los rebeldes.

Los combates volvieron este sábado a causar estragos y los aviones del régimen fueron vistos sobrevolando la ciudad de Alepo, después de la breve calma que supuso el inicio del Aid. Un avión de guerra también fue visto sobrevolando Damasco este sábado, informó un corresponsal de la AFP.

Un comandante rebelde en Alepo dijo que, sin ninguna duda, la tregua propuesta por el mediador internacional Lakhdar Brahimi, había muerto. «Esto es un fracaso de Brahimi. Esta iniciativa estaba muerta antes de nacer», dijo Abdel Jabbar al-Oqaidi, jefe del consejo militar del ESL en Alepo (norte), contactado por teléfono.

Oqaidi insistió en que el ESL no rompió el alto el fuego y que se limitó a llevar a cabo acciones defensivas. «Ayer (viernes) estuve en varios frentes y el ejército no paraba de bombardear», dijo Oqaidi. «Nuestra misión es defender a la gente, no somos nosotros quienes estamos atacando».

La fiesta del Aid comenzó con una disminución de los combates y la televisión estatal mostró imágenes de Asad sonriendo y hablando con fieles en la mezquita de Damasco, pero la situación rápidamente de deterioró. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de que 146 personas murieron en los bombardeos y en los enfrentamientos del viernes, entre ellos 53 civiles, 50 rebeldes y 43 soldados del ejército de Asad.

El sábado, murieron, al menos, 13 personas en los combates y ataques en la provincia de Damasco, Alepo, Deraa (sur) y en la ciudad de Deir Ezor (este). Entre ellas murieron cinco personas en un atentado con coche bomba en Deir Ezor, informó el OSDH. La televisión estatal acusó del ataque a los «terroristas» y dijo que la bomba fue puesta frente a una iglesia, causando importantes daños, pero no informó de víctimas.

Según el OSDH, más de 35.000 personas murieron en el conflicto, que comenzó como una protesta contra el régimen y derivó, por la violenta represión, en una guerra civil, enfrentando principalmente a los rebeldes sunitas contra el régimen de Asad, dominado por la minoría alauita, una rama de los chiitas. El OSDH, cuya sede se encuentra en Gran Bretaña y se basa en una red de activistas, abogados y médicos en hospitales civiles y militares, aseguró que tienen en cuenta las bajas civiles, militares y rebeldes.

Las fuerzas regulares y los rebeldes se comprometieron a respetar la llamada de Brahimi de deponer las armas con motivo de la fiesta musulmana del Aid Al Adha pero las dos partes se reservaban el derecho de responder a los ataques.

Brahimi esperaba que la tregua pudiera conducir a un alto el fuego de mayor duración, durante el cual alentar una solución política y llevar ayuda a las zonas afectadas. Oqaidi, el comandante del ESL en Alepo, aseguró que el alto el fuego estaba condenado desde el principio y que la comunidad internacional debía dejar de tener fe en el régimen.

«El pueblo sirio se ha convertido en un conejillo de indias con cada enviado que prueba una iniciativa, mientras sabemos que el régimen no la respetará».

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