ECUADOR, EFE. En competición con otras setenta y nueve candidatas de todo el mundo, la australiana Jennifer Hawkins, de 20 anos de edad y aficionada al “surfing”, ganó el título de ser, durante doce meses, la mujer más bella del mundo. Cuando parecía que el galardón iba a recaer un año más en alguna de las representantes americanas, la australiana ganó anoche la corona en un mano a mano final con la estadounidense Shandi Finnesey, que desde el principio estaba entre las favoritas.

A los pocos minutos de comenzar la fiesta se anunciaron las quince finalistas secretas, que fueron preseleccionadas días antes por otro jurado especializado.

En la primera criba las candidatas americanas se destacaron con holgura, colocando a diez candidatas para esa ronda.

Media hora después se redujeron a diez las seleccionadas, pero las americanas mantuvieron su dominio, con ocho candidatas en la parrilla final (Costa Rica, Trinidad y Tobago, Puerto Rico, Jamaica, Paraguay, Ecuador, Colombia y Estados Unidos).

Pese a ello, Jennifer Hawkins, modelo, bailarina e instructora de un cuerpo de baile, se llevó el gato al agua y logró para Australia el segundo título de la belleza femenina universal en los 53 años de existencia del certamen, ya que en 1972 lo alcanzó su compatriota Kerry Anne Wells.

Rubia de 1,75 m de altura y ojos azules, Hawkins encarna el ideal de la belleza anglosajona y se presenta a sí misma como una típica representante de Australia, excelente nadadora de playa y aficionada al “surfing”.

También le gusta ver partidos de fútbol en compañía de su padre y espera ver cumplido su sueño profesional de ser presentadora de televisión.

Ahora, después de recibir de manos de la dominicana Amelia Vega la tiara de oro blanco y 800 brillantes valorada en 20.000 dólares, Jennifer disfrutará de un año de ensueño en el que visitará numerosos países.

Para empezar, hoy viajará a Nueva York para tomar posesión de un apartamento y un coche que disfrutará durante su año de reinado.

Cada mes recibirá 5.000 dólares en efectivo y dispondrá de vales de compra por 20.000 dólares para renovar su vestuario, así como otros 27.000 dólares con el fin de recibir atenciones personales de belleza en un salón especializado de la “ciudad de los rascacielos”.

Después, cuando acabe su reinado, le sucederá probablemente como a la dominicana Amelia Vega, que confesó durante la gala final que su reinado de un año “había pasado muy rápidamente”.

Sin embargo, es precisamente en ese momento, al quedar la Miss Universo del año pasado “liberada” de sus estrictos compromisos con la organización, cuando puede iniciar su verdadera carrera profesional.

Amelia Vega asegura que quiere dedicarse a la canción, pero muchas de sus predecesoras han llegado también lejos en el mundo del espectáculo, el cine, la televisión y las pasarelas de modelos.

Además de la australiana vencedora y de sus cuatro compañeras finalistas, anoche recibieron más títulos otras concursantes, como la italiana, que fue elegida “Miss Simpatía”, la representante de Puerto Rico, nombrada “Miss Fotogenia”, y la de Panamá, que lució el mejor traje típico nacional.

A pesar de que anoche ganó Australia, en la estadística general de Miss Universo mantienen su hegemonía las americanas, con 26 de los 53 títulos concedidos y Estados Unidos a la cabeza, con siete ganadoras.

Las latinoamericanas, en su conjunto, siempre han destacado en este certamen de belleza, ya que copan 18 de los títulos otorgados, con Venezuela y Puerto Rico en cabeza con cuatro ganadoras cada país.