Jenny Polanco
La exquisitez de lo simple

<STRONG>Jenny Polanco</STRONG> <BR>La exquisitez de lo simple

De mirada curiosa y decisiones firmes, Jenny Polanco ha transitado con libertad y algarabía el excitante mundo del diseño de modas. Cada creación es un gozo indescriptible que disfruta a plenitud, dejando parte de esa pasión impregnada en sus  piezas. No en balde, impresionan, atraen, y permanecen en el gusto de sus fieles clientas.

Innovadora y audaz, fue la primera en incursionar con arte y estilo, en el eclecticismo de la alta costura en nuestro país,  impregnando con calidad, en corte, confección y elección de materiales, cada creación, que siendo concebida para un estilo casual, logra permanecer en la más exquisita elegancia y transitar los ambientes más glamorosos con absoluta personalidad.

Es así como logra impregnar de un sello personal todas sus creaciones, con el denominador común de incluir siempre detalles artesanales en sus piezas, extraídas de materiales auténticamente dominicanos, como botones de ámbar, detalles en cuerno, el exotismo del larimar, el nácar y el coral, entre otras novedades que se mezclan de forma natural con sus piezas de lino blanco, que hablan por sí solas del sol caribeño y de una exquisita forma de expresar la libertad y transparencia de nuestra gente. Y es que Jenny Polanco, con más de 30 años de trayectoria profesional en República Dominicana y traspasando nuestras fronteras hasta Puerto Rico, Bahamas, París y Nueva York, ha definido un estilo  muy suyo y se ha colocado en el top rank de los diseñadores dominicanos.

Ella misma expresa orgullosa que “sus diseños de ropa femenina pret a porter y couture, se caracterizan por un estilo de vanguardia clásica y líneas sofisticadas, fusionadas con detalles artesanales”.

Con su forma particular de definir el arte, es una apasionada de todos los procesos creativos, y se nutre sin pausa, de todo aquello que pueda dar paso a una creación original y al mismo tiempo, práctica. Ella misma afirma que sus continuos viajes son una escuela que le permite captar las diversas culturas del  mundo y profundizar en sus raíces, que ciertamente son las que permiten elaborar o crear un estilo propio.

Es así como su última colección tiene el exotismo mágico de la India, producto de uno de sus viajes por este país, rico en tradiciones y lleno de arte. Pero lo que nunca dejará de lado en sus colecciones son sus propias raíces, y el orgullo de mostrar al mundo las manifestaciones más vernáculas de nuestro pueblo, su historia y su envidiable clima tropical. Es por eso que siempre ha apoyado la artesanía local, que además forma parte de su materia prima, pero que hoy día, es una realidad con visos de trascendencia, mediante un proyecto concebido por ella para apoyar nuestra industria artesanal.

De convicciones claras y definidas, y un atípico sentido del humor, Jenny no sobre estima su fama, y siempre encuentra espacio para el aprendizaje y sus experiencias gratificantes. Pero aún así, cada proyecto suyo ha tenido éxito, y sin dudas, esto responde a una exigente forma de visualizar las cosas y a una disciplinada forma de crecer. Hoy el arte forma parte importante de su vida, al igual que el diseño, porque ambas se conjugan y entrecruzan, formando una interesante forma de visualizar el arte y una novedosa manera de diseñar un vestuario.

Disfruten de este recorrido por su trayectoria profesional, mientras admiran parte de las creaciones en primicia, de su nueva colección.

Jenny Altagracia Polanco de León nace en la ciudad de Santo Domingo en los albores del año 1958. Desde muy pequeña sintió afición por la ropa, y vestía a sus Barbies como verdaderas modelos, haciéndole sus propios vestidos y atuendos. Es así como, llegado el momento, elige la carrera de Diseño de Interiores y Artes Plásticas en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, que en ese entonces, era lo más cercano a diseño de modas que se ofrecía en el país. Después de graduada, siguió perfeccionando la línea del diseño que le llamaba la atención y recibe clases de Patronaje, Técnicas de Sastrería , y Drapeado Artístico en la Escuela de Diseño Parsons, en New York. El resto es historia. Su imparable carrera de éxito en el diseño de modas, ha continuado en ascendencia y calidad, al punto de que cada colección es una refrescante manera de introducirnos a las nuevas tendencias que marcarán la temporada.

La revista ES quiso conocer un poco de su historia de esfuerzos y sueños, y en esta bella edición Platinum, la recoge en hermosas fotografías, tomadas en el transcurso de un encuentro fascinante con nuestra protagonista de portada.

¡Disfrútenlo!

¿Qué soñaba ser de pequeña?

Realmente yo no lo sabía, pero lo que me hubiese gustado ser era coreógrafa. Yo siempre ponía música y  trataba de hacer con mi cuerpo movimientos al ritmo de esa música. Fue mucho más tarde que entendí que eso se llamaba ser coreógrafa y no bailarina.

¿Desde cuando empezaste a interesarte por el diseño?

El diseño fue parte de mí como una cosa natural, tanto el arte como el diseño. Mis amigas de infancia decían que yo me pasaba todo el tiempo diseñándole los vestidos a la Barbie, y yo jugué Barbie ¡hasta los 14 años! justamente porque me gustaba hacer esos vestidos. Para mí, en aquella época, no era diseñar, pero en realidad, si lo vemos, me he pasado toda mi vida diseñando. Como una cosa natural.

Sabemos que estudiaste Diseño de Interiores y te has destacado ampliamente en el diseño de Modas, ¿Cuándo empezó a interesarte este último?

Fíjate, estudié Diseño de Interiores y Artes Plásticas, porque yo sentí que aquí no había una carrera que reuniera todas las condiciones que yo deseaba. Y eso, que en el fondo, lo que yo quería estudiar era Arte. Cuando terminé la carrera de Diseño de Interiores, hice mi primer trabajo, lo cual fue mi gran frustración  también, porque en ese momento trabajar el Diseño de Interiores era trabajar con las señoras y arreglarle un poquito las cosas. Era como pintar. Resulta que yo estaba interesada en montar una tienda, pero yo no sabía que  lo que yo hacía era diseñar, aunque yo misma hacía mi ropa para ir a la Universidad.

Algo más de Jenny Polanco

Nació en Santo Domingo el 18 de Enero de 1958.

Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Santa Teresita.

Se graduó de Diseñadora de Interiores en laUniversidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Tomó clases de Patronaje, Técnicas de Sastrería y Drapeado Artístico en la Escuela de Diseño Parsons en New York.

Crea su Atelier Jenny Polanco S.A. y es propietaria de varias boutiques que se encuentran en Altos de Chavón y La Marina de Casa de Campo, en La Romana; y en Santo Domingo, en Casa Virginia, Bella Vista Mall y la Ciudad Colonial.

Sus creaciones se pueden encontrar en boutiques en Puerto Rico, Bahamas, París y New York.

Desde hace 10 años incursiona en el diseño de joyería y complementos, inspirados en los colores y transparencias del ámbar dominicano, combinado con perlas, pieles y piedras semi-preciosas.

Recientemente abrió “Project”, una tienda conceptual de arte y artesanía, curada por la diseñadora, con el fin de promover el talento local.

Tiene dos hijos: Carla Quiñones Polanco, con 28 años,  Arquitecta, con especialidad en Diseño y Paisajismo Urbano y Luis Carlos Quiñones Polanco, de 25 años, estudiante de término de Medicina.

En corto

La moda es Estilo

Mi familia es  Mi gran apoyo

Diseñar es  Mi vida

El arte es  Mi pasión

La elegancia es Saber llevar la moda

Mi país es ¡Lo adoro!

Quería una tienda en un lugar de turistas, en la que la gente pudiera comprar y encontrar algo que fuera hecho aquí, con materiales del país, y que se pudieran llevar como un recuerdo de República Dominicana. Un día estábamos reunidos Sully Bonnelly y Rodrigo Rodríguez, y ellos me dijeron, que la que más trabajaba en  iseño y que más sabía de eso era yo. Lo que ellos hacían eran vestidos de fiesta y lo mío era muy práctico, fácil de ponerse. Para mí eso no era diseño, porque yo no lo entendía. Entonces, fue cuando entendí que eso era lo que yo era, una diseñadora. Primero vino el hecho y luego el título. La tela y la costura siempre estuvieron en mi vida desde que nací, no sé cuando se marcó la diferencia.

Has logrado posicionarte en el mundo de la moda por un estilo muy tuyo, que has explotado magistralmente, ¿Fue algo pensado, diseñado, o fue un golpe de suerte?

No fue un golpe de suerte. Realmente desde que comencé estuve tratando de hacer algo que se identificara con el Caribe, pero no con el Caribe con que la gente se identificaba en ese momento, que era muy manual, pero al mismo tiempo de baja calidad de confección. Entonces yo quería hacer algo que fuera dominicano sobre todo, segundo que pudiera decir algo de nuestro país, un poco más allá de nuestra región, y que marcara una  diferencia. Que cuando la gente venga a República Dominicana pueda conseguir algo con la misma calidad de  la que puede conseguir en cualquier parte del mundo. Yo pienso que fue algo muy pensado. Y luego, de ahí vino la idea de poner algo artesanal, para permitir que la carrera artesanal no se muera en nuestro país, e integrar su trabajo a mi trabajo, e incentivar así ese tipo de producción.

¿Cómo definirías tu estilo?

Creo que soy una moda o un estilo, primero que nada tropical. Segundo, femenino, de una vanguardia conservadora. Es contradictorio, pero encuentro que mi ropa tiene toques de vanguardia y toques de diseño bastante anticipado. Es un diseño útil para una persona que sea conservadora.

¿Cómo planeas un nuevo diseño? ¿Te surge de pronto? ¿Investigas o te dejas llevar por tu creatividad sin pensar en lo que saldrá?

Hay diferentes formas de entrar en un nuevo concepto. Y a veces esos conceptos llevan en mi cabeza años. Por ejemplo, esas carteras de Haití llevan por lo menos 3 o 4 años, mientras voy madurándola en el camino. Muchas veces, por ejemplo, las telas me dan las pautas del diseño, pero otras veces es el diseño lo que me da la pauta de las telas. No hay una sola forma de incentivar la creatividad, en mí por lo menos. Voy buscando diferentes maneras.

Por ejemplo, me gusta mucho viajar y conocer otras culturas. Es un motivo que me trae mucha inspiración, me hace ver cómo otras culturas han afianzado sus raíces y me ayudan a definir cómo afianzar y definir más las nuestras.

¿Qué satisfacciones te ha traído lo que haces?

Me la dieron unas señoras cuando hice la línea de Jumbo. Ellos me pusieron en una mesa a firmar autógrafos. Hubo señoras de clase media y media-baja que me dieron bendiciones y me dijeron “yo nunca pensé que me iba a poder poner ropa de un diseñador dominicano”. Nunca pensé que iba a escuchar eso en mi vida, no  porque me lo propuse, sino porque no se me había ocurrido. De ahí entendí que los diseñadores dominicanos tenemos que trabajar por el diseño, pero no solamente para la fantasía que se ponen para las alfombras rojas, o para una ocasión muy especial. Sino que hay que buscar la forma de democratizar el diseño, hacerlo parte de la cotidianidad dominicana. ¡Un diseño dominicano! y que el dominicano se identifique con él y se sienta orgulloso de llevarlo. Esa ha sido la mayor satisfacción realmente, porque me gusta trabajar para el pueblo y le agradezco mucho a Jumbo el haberme dado la oportunidad de desarrollar ese proyecto.

Confesiones

Lo primero que haces cuando te levantas:

Beberme un vaso de agua al tiempo

Un vicio confesable:

Angurria de cultura

Un lugar pendiente por visitar:

Marruecos

Una ciudad para vivir:

Madrid y Buenos Aires

Un libro de mesita de noche:

“Memorias de Adriano”

Un miedo insuperable:

Estar sin libertad

Un buen recuerdo:

Las Terrenas

Algo que te quita el sueño:

Un buen libro

Algo que te hace llorar:

La pobreza, y más la educativa que la del pan

Un sueño por realizar:

Dar más a mi país

Un color:

Blanco

Un accesorio:

Aretes

Lo que nunca me falta:

Ganas de vivir y celebrar la vida

Un exceso:

Ver cinco museos en un día…. y después ¡un buen ballet!

Algo que quisieras cambiar:

La mediocridad del ser humano

Mi sello:

La perfección

Has logrado traspasar las fronteras de tu tierra ¿Hasta dónde quieres llegar?

Realmente he estado en muchos mercados extranjeros de un tiempo hasta ahora. Cuando comenzó esto de la globalización, a mí no me gustó la idea de hacer un producto globalizado. Me dije a mí misma que quiero ser un producto no globalizado. Lo que quiero llegar a hacer es que cuando vayas a la República Dominicana tengas que ir a la tienda de Jenny Polanco y sientas que tienes que comprar algo de Jenny Polanco. Que si quieres llevar un regalo, debas buscarlo donde Jenny Polanco. Creo que lo he logrado. Aunque falta mucho, porque falta entrar en muchos más renglones. Pero realmente me siento bastante realizada con lo que hecho hasta ahora y lo que más quisiera hacer es ser la primera marca de fábrica dominicana que trascienda la existencia del diseñador, y dentro de un tiempo, cuando yo me vaya de este mundo, todavía exista el taller Jenny Polanco, realizado por jóvenes diseñadores con mucho talento.

Has incursionado también en los accesorios, joyerías y carteras ¿Qué otro proyecto tienes en carpeta?

Tengo un proyecto nuevo que se llama Project. Es algo artesanal, en el que estoy trabajando y con el que pretendo lograr ver cómo los diseñadores dominicanos los pongo en conexión con los artesanos y juntos podríamos hacer un producto dominicano más sofisticado, una artesanía y una proyección sofisticada de lo que es la dominicanidad. Para ello estoy trabajando algunas cosas de la casa, pequeños detalles en ámbar, con madera de guayacán, como cucharas, porta servilletas, jarrones, y en un futuro, me gustaría trabajar otros artículos.

Eres amante del arte, al punto de que eres la Presidenta de la Fundación del Museo de Arte Moderno, ¿Opinas que la moda es también una manifestación del arte?

¡Claro! por supuesto que sí.

¿Existe una moda dominicana?

No, no existe. Nosotros no tenemos una tradición de vestuario, realmente nuestro vestido típico lo diseñó una señora no hace tanto tiempo. No existe una moda dominicana como tal, aunque sí existen algunos elementos que se podrían introducir en la moda, lo que le da un toque artesanal y una dominicanidad al trabajo, pero no es una moda dominicana definitivamente.

A tu juicio, ¿Qué le falta a la industria de la moda en nuestro país?

No mucho, pero lo principal es que el empresario y el inversionista dominicano, comiencen a tener fe y creer en el diseñador dominicano.

Epílogo

Su mundo, entre telas, patrones colgando, piezas inacabadas, muestras, carteras a medio hacer, y bocetos  modificados, es un enjambre de ideas y toma de decisiones. Ella, como centro y guía de su Atelier, aprueba, corrige, enseña, prueba y rechaza… Siempre, con un absoluto dominio, con decisiones precisas que no piden otra opinión, con ese “ojo clínico” del que sabe lo que quiere. Sin embargo, en ocasiones su mirada se pierde en la nada. Más bien, se escapa sigilosa del espacio físico para volar a sus anchas en su universo interior, lleno de infinitas posibilidades y donde siempre están volando por doquier, las míticas aves de la creatividad y la imaginación, haciendo travesuras y libres y felices, musitar sus ideas y locuras.

Y Jenny juega sin temor ese juego, haciendo eco a las llamadas de lo aparentemente absurdo hasta lograr acunarlo en su imaginación y cual embrión con vida propia, parir con desenfado una nueva creación.

Porque sin dudas, Jenny está convencida de que el arte demuestra que lo ordinario puede ser  extraordinario y que el verdadero reto de un artista es hacer exquisito lo aparentemente banal, y con lo simple, conjugar la sinfonía más perfecta del lujo.

M.L

Locación: Museo de Arte Moderno

Maquillaje y estilismo: Paolo Di Valdi

FOTOGRAFÍAS: RUBÉN ROMÁN

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