Jericó, uno de los primeros asentamientos,  cumple 10,000 años

Jericó, uno de los primeros asentamientos,  cumple 10,000 años

EFE REPORTAJES

La ciudad habitada más antigua del mundo, y también la más baja del planeta, cumple  10,000 años en pleno apogeo turístico y con una variada oferta arqueológica que traslada al visitante desde la modernidad hasta los esotéricos rituales de la remota cultura natufiense.

Como mancha verde en un amarillento desierto, Jericó se encuentra en el valle del degradado río Jordán, un nombre que, recogido por la Biblia, ha impregnado de misticismo toda la región desde tiempos inmemoriales.

“Este fue el primer asentamiento del mundo; representa el paso de la vida en las cavernas a la vida en comunidades urbanas”, afirma sin tapujos Hasan Saleh, alcalde de un municipio que debe su nombre a la luna.

Así lo indican sus denominaciones semitas -“ariha” en árabe y “yerijó” en hebreo- palabras que, según otras teorías, también podrían apelar a la fragancia que se respira en el que ha sido desde siempre el principal oasis del valle del Jordán y donde se entremezclan el perfume del azahar y de los cítricos.

El 10 de octubre de este año 2010, sus 40,000 habitantes festejarán por todo lo alto un aniversario que sin ser científicamente demostrable -en el ayuntamiento reconocen que han aprovechado la coincidencia de “dieces”- no deja de insuflar colorido y expectación en sus calles.

Paz y prosperidad. “Esperamos ver Jericó con una nueva cara y que (este aniversario) abra un período de prosperidad y paz para todos los palestinos y para el mundo”, declara Saleh al extender una invitación generalizada para que turistas de todo el mundo se acerquen a la ciudad con motivo de la efeméride.

El municipio espera sobrepasar así la barrera del millón de visitantes que tuvieron el año pasado.

Primera ciudad de Cisjordania que entró en el régimen de autonomía palestina durante el fracasado proceso de paz de Oslo (entre 1993 y 2000), Jericó fue también la localidad menos afectada por la Intifada Al-Aqsa y, con excepción de un breve período de dos o tres meses, emergió como una isla de paz en medio del mar de violencia que sacudió la región a principios del siglo XXI.

Su regidor insiste en que, como entonces, la ciudad es ahora “totalmente segura” y recuerda que los últimos esfuerzos por la paz en Oriente Medio han conducido a la supresión de los controles israelíes que había a la entrada.

La ciudad de las palmeras. Descrita en la Biblia como “Ciudad de las palmeras” por la profusión de estos árboles y la fama que ya entonces tenían sus exquisitos dátiles, Jericó está a unos cientos de metros del río Jordán, a sólo seis kilómetros del Mar Muerto -el lugar más bajo del planeta- y a quince de Jerusalén, coordenadas estratégicas que no pasaron desapercibidas a ninguno de sus ocupantes.

Las claves

1.   Jericó

Está a unos cientos de metros del río Jordán, a sólo seis kilómetros del Mar Muerto.

2.  El Monasterio de San Jorge en Wadi Kelt

Es la tumba del profeta Moisés (para el islam) y el Palacio del rey Herodes (con restos de la sinagoga más antigua del mundo conocida y que es anterior a Jesús) son algunos de los santuarios más importantes para las tres religiones monoteístas.

3.  La ciudad de Jericó

Aparece mencionada 70 veces en el Antiguo Testamento, pasaría a manos de israelitas, persas, griegos, romanos, musulmanes y cruzados, dejando todos ellos imborrables huellas que hoy afloran por todos sus rincones.

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