POR WILSON PEGUERO
Su obra pictórica es una constante evolución entre la figuración orgánica tomando elementos de la pintura metafísica de Chirico 1888-1978, pintor Italiano, así como un Cubismo Caribeño de muy clara influencia de la obra de Fernand Legar pintor Francés 1881-1955.

Este proceso lleva al artista por senderos semiológicos culturales logrando una depuración plástica con figuras del Caribe Antillano acentuando las tradiciones religiosas, los ritmos afro antillanos y una fiel representación de la arquitectura vernácula. Toda esta suma de elementos plásticos estéticos forjan el depurado manejo de sus composiciones espaciales basadas en el uso de la asimetría y la sección dorada que a su vez se mezclan para elaborar nuevas fórmulas visuales.

El juego delicado de las líneas lo enfocan como un poeta en búsqueda de un constante lenguaje y formas contemporáneas muy bien detalladas y definidas en su universo creativo. La aplicación del color se caracteriza por los contrastes cálidos, neutros y complementarios que concatenados con los procesos de investigación acentúan su praxis del dominio del color dentro del espectro del arte caribeño antillano.

En la escultura se manifiesta ya la parte del artesano ebanista que crea objetos utilitarios y esta destreza es aplicada a la madera forjando con un dominio de las caligrafías tanto abstractas como figurativas en piezas que sigue explorando los mismos signos de la pinturas dejando que la madera, al igual que el mármol, conquiste con su belleza y que la textura, el color y el encanto se adueñen de toda la geografía de la obra que termina dotada de sensualidad, formas puras y delgadas mezclas de ciertas volumetrías usualmante penetradas de espacios negativos y estos trasfieren una cuarta dimensión en los enfoques rítmicos logrados por el artista a fuerza de martillo y entereza.

El ceramista, se desarrolla a principios de los años 80 en la fábrica Carla, donde su práctica de trabajo en el ámbito artesanal son la simiente para un conocimiento profundo de los diferentes procedimientos técnicos de arte oficio, el cual le permite presentar sus primeras propuestas de discursos estéticos sobre platos, vasos y otros elementos.

 El proceso de crecimiento que vive el arte Caribeño, que por razones de no poseer una política cultural programada a largo plazo, y muy segmentada por grupos que distorsionan los eventos existentes apostando a propuestas estéticas carentes de un discurso evolutivo y cuyas obras se basan en lo esporádico buscando emular las vanguardias de los EEUU, y las europeas, obviando por completo nuestra herencia cultural, os permiten apostar al justo y merecido lugar que la historia le tiene reservado al polifacético artista Jerónimo Martinez.