Jerusalén. EFE. La convulsión de Oriente Medio no ha impedido que decenas de miles de cristianos del mundo se dirijan a Jerusalén para vivir una Semana Santa austera e intensa, justo en la raíz del Nuevo Testamento. Durante las próximas dos semanas, Jerusalén se verá inundada de peregrinos de distintas confesiones cristianas, que acudirán a vivir la Pascua en su epicentro bíblico.
Este año hay una gran diferencia con respecto al 2011 y es que no coinciden la Pascua católica y la ortodoxa, lo que será un alivio porque las procesiones podrán celebrarse con mucha más calma, explicó a Efe el vicecustodio de Tierra Santa, padre Artemio Vítores. En total, el Ministerio israelí de Turismo espera la llegada en todo abril de unos 300,000 turistas, un 5 por ciento más que el año pasado.