Jerusalén, un lugar especial en Semana Santa

Jerusalén, un lugar especial en Semana Santa

A pesar de todos los conflictos que sacuden la zona, los cristianos de Tierra Santa y miles de peregrinos recrean la pasión y muerte de Jesucristo en Jerusalén reproduciendo en los Santos Lugares lo ocurrido según el mundo cristiano en el año 33.

La ciudad vieja de Jerusalén permanece bajo control de Israel desde que la ocupó en el año 1967, aunque es una de las reclamaciones fundamentales de los palestinos para ser su capital cuando consigan su Estado independiente, si es que se produce alguna vez, especialmente ahora desde la desaparición de Arafat.

LUGAR SANTO DE TRES GRANDES RELIGIONES

Jerusalén es  conocida como la ciudad tres veces santa porque en esta zona se reúnen puntos sagrados de  tres de las cuatro congregaciones más importantes de la Tierra: cristianos, judíos y musulmanes.

La Explanada de las Mezquitas es el recinto que los musulmanes llaman Haram El Shariff (el Noble Santuario), donde se encuentran los templos de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, construida por los árabes en el siglo VII y que se encuentra actualmente en la explanada donde estuvo el Templo de Salomón. La mezquita es el tercer lugar sagrado para el Islam, ya que Mahoma dirigió su oración hacia Jerusalén durante los 16 primeros meses, tras la revelación por parte del ángel Gabriel.

La Cúpula de la Roca alberga la piedra desde la que se cree que el profeta ascendió a los cielos y, para los judíos, ésta es la piedra sobre la cual Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac como ofrenda cuando Dios envió un cordero para morir en su lugar.

Junto al Monte del Templo se halla el Muro de las Lamentaciones, el lugar de oración más sagrado del judaísmo, pues se considera que es el único resto en pie del Templo de Salomón. Además, para la tradición judía, en el subsuelo se encuentran las ruinas del Templo de Salomón y allí se reconstruirá cuando llegue el Mesías. De ahí que los judíos denominen a este recinto el Monte del Templo.

En ese mismo recinto, los cristianos añadieron, además,  numerosos recuerdos de la vida y pasión de Cristo y de la Virgen: Presentación del niño Dios, circuncisión, disputa con los doctores, expulsión de los mercaderes, la puerta dorada por la que entra triunfante el domingo de Ramos, etc.

El establecimiento en este lugar de los “recuerdos” cristianos dio lugar a que, tras la invasión de los musulmanes, nacieran las órdenes caballerescas destinadas a su salvaguarda. Además, la Cúpula de la Roca fue la Casa-Madre de la Orden del Temple cuando ésta custodió los Santos Lugares, y la forma octogonal del templo se reprodujo en casi todas las iglesias construidas por dicha Orden a lo largo y ancho de toda Europa, incorporándose de manera definitiva en la arquitectura occidental.

DEL DOMINGO DE RAMOS AL JUEVES SANTO

En Jerusalén los denominados  “Santos lugares”  son guardados no sólo por los católicos apostólicos romanos, sino que también ejercen ese derecho las otras confesiones cristianas, como son los coptos, armenios y ortodoxos.

Las grandes celebraciones pascuales comienzan el Domingo de Ramos. Es en esta fecha cuando se reúnen los peregrinos que vienen de todos los puntos de la Tierra con un pequeño grupo de cristianos israelíes  y con cristianos de Palestina.

Llegados al Jueves Santo,  las puertas de la Basílica del Santo Sepulcro se cierran, tras la celebración de la santa misa de la Cena del Señor y de la ceremonia del Lavatorio de los pies. Este acto es realizado por el nuncio apostólico en Israel y en él los patriarcas ortodoxo y armenio que acuden, se despojan de sus joyas y abalorios.

Tanto la Basílica del Santo Sepulcro como la Basílica de la Natividad, en la ciudad de Belén, se hallan bajo la administración de la Iglesia greco-ortodoxa y,  por tradición, las llaves son conservadas por una familia musulmana.

 La tarde del Jueves Santo tiene lugar una peregrinación al Cenáculo,  situado fuera de las murallas de la ciudad vieja junto al barrio armenio, donde,  según la tradición,  se celebró la Última Cena. En ese mismo local, pero en una zona más baja, la comunidad judía dice que está la tumba del rey David y centenares de peregrinos y turistas de esta confesión lo tienen como un lugar de visita obligada.

La Hora Santa en el huerto de Getsemaní, en la denominada basílica de la Agonía, marca el punto final a las celebraciones del Jueves Santo.

VIA CRUCIS

Las celebraciones pascuales en Tierra Santa son especialmente espectaculares, pero la más impresionante es, sin duda, la del Vía Crucis que se celebra el Viernes Santo.

En ella se reproduce de manera bastante exacta el supuesto recorrido de Jesús hasta el monte donde le crucificaron. En total un periplo de algo más de kilómetro y medio con las calles abarrotadas y con una vigilancia intensiva por parte de las fuerzas de seguridad israelíes.

El acto es presidido por  el Patriarca latino, que ostenta la máxima representación de la Iglesia Católica en esa zona,  y que acude acompañado por el grupo de monjes franciscanos denominados “Custodia de Tierra Santa”, que ejerce este cometido des hace más de ochocientos años. 

Los visitantes que se agolpan suelen ir en grupos que están dirigidos por un religioso que conduce cánticos y rezos en el idioma de los peregrinos. Suelen llevar, como contraseña para que los curiosos no se pierdan, una cruz de madera.

Esta marcha con las cruces se encamina  por las calles de la Vía Dolorosa, y tiene su origen en lo que fue en su momento el Pretorio de Pilatos,  al lado de la actual  Iglesia de Santa Ana, el punto donde la tradición indica que vivieron los padres de la Virgen María.

Las “estaciones” o paradas del Vía Crucis se hacen por todo el recorrido y siempre hay parada obligada en  la Iglesia de la Flagelación; la Iglesia del Santo Sepulcro y la Iglesia de Nuestra Señora del Espasmo. Las últimas seis paradas se realizan dentro del recinto del Santo Sepulcro, situado en la colina del Gólgota, donde fue crucificado Jesús.

Las celebraciones de Semana Santa en Jerusalén finalizan todos los años con una misa y procesión en el Santo Sepulcro el día de Domingo de Resurrección.  EFE-REPORTAJES.

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