Jesuitas impulsan plan fronterizo de seguridad alimentaria y ambiental

Jesuitas impulsan plan fronterizo de    seguridad alimentaria y ambiental

Casa malla, lugar de siembra y encuentros, fuente de aprendizaje y de esperanza.

Junto a la siembra de alimentos cultivan principios que refuerzan la unidad familiar y comunitaria, la concien cia de que en la unión organizada radica su fortaleza y bienestar.

En afanosa búsqueda de la seguridad alimentaria, se abre espacio en la frontera la casa-malla, modelo de agricultura protegida para producir hortalizas y otros frutos orgánicos, aplicado en un proyecto comunitario que, bajo la consigna de la unión organizada, se desarrolla en la provincia de Dajabón con cuarenta familias dominicanas y haitianas.

Esta iniciativa fronteriza, un nuevo emprendimiento jesuita orientado a erradicar el hambre y al cuidado ambiental, transforma la vida de esas familias en las secciones Las Rosas, Mompaque Arriba, del municipio de Restauración, y Cañongo, en Dajabón.

Interesados en la sostenibilidad en el tiempo, el proyecto dio paso a un proceso organizativo, de formación y fomento del ahorro, iniciado con cuatro grupos de diez padres o madres de familia que, a la vez, logran alimentos para el cuerpo, nutrir su mente y cultivar esperanzas.

Papo Fwntye cultiva hortalizas orgánicas en El Carrizal.

Además de asesoría en esta tecnología tipo invernadero con una estructura en madera, aprenden nociones de nutrición y cuidado ambiental, prácticas de siembra sustentable y amigable al ambiente.

Ganan conciencia de la importancia de la unión y la organización, de que en la unión organizada radica la fuerza de los empobrecidos, consigna de un proyecto con el que el campesinado alza su voz contra el impacto nocivo de la actividad minera de la empresa canadiense Uni-Gold en la zona.

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La unión organizada es nuestra honda, la formación y el ahorro nuestra piedra para acabar con el monstruo hambruno que devora a la humanidad, al que Goliat le queda pequeño, dice el padre Regino Martínez Bretón sj, uno de los promotores, junto al sacerdote jesuita Francisco Escolástico, y el ingeniero agrónomo Iván Paucek Pagán, asesor, con asiento en el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (Itesil), de la Compañía de Jesús.

Igualdad, respeto solidario

Lo primero que hay que ganar de las familias beneficiarias es la credibilidad, mantener unas relaciones de igualdad, respeto solidario y de emprendimiento comunitario, agrega el sacerdote, convencido de que los logros dependen del esfuerzo de cada persona y de la capacidad organizativa.

Este modelo productivo a pequeña escala, asequible a los pobres, les permite aumentar los rendimientos y diversificar los cultivos, que sean fuente de un nutrición balanceada y de prevención de enfermedades. Y, a la par, puedan vender los excedentes para cubrir otras necesidades.

Modelo de gestión

El principal componente del proyecto es el campesino, la campesina, los adultos de la familia, la cual cede su terreno a la comunidad. Se comienza con una familia como base y se forma una asociación con un mínimo de 20 ó 30 padres o madres de familias vecinas que fácilmente puedan reunirse.

El 50% de la producción es de la familia base, 40% para los socios y socias participantes, y el 10% restante para un fondo que beneficiará a la familia socia elegida en asamblea por su dedicación al trabajo, la cual lo empleará en hacer una hortaliza en su patio.

Tabla de cultivos

Con la experiencia campesina y conocimientos técnicos del agrónomo, designado por el Ministerio de Agricultura, hacen una tabla de cultivos propios de la zona, considerando las rotaciones y asociaciones de cultivos. Siembran acorde a la estación presente para alcanzar un desarrollo óptimo de los frutos, según la zona de cultivación.

Aprovechan el valor ecológico, económico, estético y recreativo de las plantas. Además de hortalizas, leguminosas y otros rubros orgánicos, siembran frutales, hierbas medicinales, plantas aromáticas y flores que embellezcan el ambiente y sea un lugar refrescante y de encuentro.

Aquilino Guzmán en su parcela con curvas a nivel.

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“Cero veneno”, exclama Antonio, un participante, mostrando un producto orgánico, libre de químicos. “Esos venenos son los que causan toda la enfermedad porque consumimos tóxicos, tenemos que variar ese sistema”.

Otros expresan:
«La casa malla comunitaria es un lugar de encuentro y aprendizaje. Nos enseña a colaborar, a compartir, a vivir apoyándonos; solos, siempre viviremos agachados, atajando para que otro enlace. Nos enseña a tenernos en cuenta, porque si compartimos el trabajo, aportamos recursos para producir y compartimos lo producido, damos pasos importantes para la convivencia».

«Yo sin ti y tú sin mí no somos nadie. Nos necesitamos mutuamente, tenemos que aprender a trabajar juntos en beneficio de todos y todas. Fajarnos unidos y organizados para que, con un esfuerzo conjunto, aseguremos la alimentación de nuestras familias. Tenemos que sembrar agua reforestando las montañas, ahorrarla para cuando llegue necesidad».

«Lo que no puedo hacer solo, puedo conseguirlo en la unión organizada trabajando, ahorrando, en la formación, porque nunca acabamos de aprender. Lo que no aprendimos en la escuela, lo aprendemos en la unión organizada. Sin saber mucho de letra, podemos apoyar a los maestros de las escuelas, que nuestros hijos aprendan que en la unión organizada está la fuerza de los empobrecidos».

Suelo y agua: Aprovechamiento óptimo recursos

Uso racional del agua

  1. Cada casa malla implica la búsqueda de un terreno apropiado, asegurar fuentes de agua, de fácil acceso, su uso racional. La irrigación es vital, preferentemente de goteo por su eficiencia y economía. Reforestan, dan mantenimiento al acueducto, amplían la toma de agua para la tina tanque, a fin de tener un flujo suficiente aún en sequía, preservando un consumo adecuado en cada hogar y casa malla.

    La directiva es la responsable de resolver las necesidades de la casa malla. La integran tres personas elegidas en asamblea, más los encargados de servicios, en fin, todas las cabezas de familias de la casa malla.

2.La directiva es la responsable de resolver las necesidades de la casa malla. La integran tres personas elegidas en asamblea, más los encargados de servicios, en fin, todas las cabezas de familias de la casa malla.

  1. Al preparar el suelo, forman las camas, añadiéndole varios tipos estiércol (vaca, conejo) o compost, enriqueciéndolo con materia orgánica. Evitan regar áreas indebidas para impedir el crecimien to de malezas, así como la proliferación de plagas.

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