A mediados de semana, el cantante urbano Jesús “Chino” Miranda estuvo de visita en el país, no para actuar con su compañero Nacho, sino para presentar la película “El malquerido”, de Diego Rísquez, que marca su debut en el séptimo arte.
La producción está basada en la vida del venezolano Felipe Pirela, uno de los más famosos boleristas de todos los tiempos, que fue asesinado a los 31 años en San Juan, Puerto Rico.
El artista dijo que se sentía agradecido con la oportunidad que le dio Rísquez; y la define como una gran experiencia a nivel profesional, humano y personal.
“Ha sido algo que me ha abierto muchas puertas. ¡Fue muy revelador! Porque esto del cine no era para mí algo importante, era algo que veía como un ‘hobbie’, pero que nunca había tenido la oportunidad de sentirlo como tal. Interpretar a una persona que no soy yo es algo fascinante y siento que puedo brindarles cosas importantes con mucha preparación”, señaló uno de los cantantes de “Mi niña bonita”.
Interpretar boleros, género romántico por excelencia, que tuvo su mayor esplendor en las décadas 30, 40 y 50 y hasta mediados de los 60, no fue algo extraño para Chino, ya que, según dijo, su familia siempre escuchó canciones de ese tipo.
“Tratar de caracterizar tal como lo hacía Felipe Pirela, que no era fácil, fue un trabajo fuerte, pero lo disfruté al máximo. Siento que fue un gran aprendizaje y que lo haría de nuevo con otros personajes”, indicó emocionado tras la presentación de la película en Novo Centro el miércoles pasado.
Chino, quien vino al país con el director, dijo que para hacer un papel creíble y que no se viera que trataba de imitar al bolerista, hizo un estudio a profundidad de Pirela.
“Tratar de imitar la voz de Pirela es imposible y además los fans del cantante me sacrificarían. Lo que le hicimos fue un lindo homenaje”, indicó.
Con relación a las críticas que se le han hecho al filme de que en él hay muchas falsedades e inexactitudes, el cantante aseguró que “El malquerido” no es un documental, sino una cinta basada en una biografía de Eduardo Fernández.
“Esta es una película llena de ficción y tiene cosas que se alteraron. El director es una persona muy artística y amante del cine clásico”.