Jesús de la Rosa – Los resultados de las encuestas

Jesús de la Rosa – Los resultados de las encuestas

De acuerdo con los resultados contenidos en el boletín final de la Junta Central Electoral, emitido en horas de la tarde del martes 17 de mayo del mes en curso, el doctor Leonel Fernández Reyna, candidato a la Presidencia de la República por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), resultó ganador de los comicios de mayo al obtener un total de 2 millones, 63 mil, 871 votos, equivalente al 57.11% del total de los votos válidos emitidos.

El agrónomo Hipólito Mejía, candidato a la primera magistratura del Estado por el sector pepehachista del oficialista Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ocupó el segundo lugar al lograr 1 millón, 215 mil, 92 votos, equivalente al 33.65% de las papeletas válidas emitidas.

El ingeniero Eduardo Estrella, candidato a la presidencia de a República por el Partido Reformista Socialcristiano, quedó en un lejano tercer lugar al obtener 312 mil, 494 votos, el equivalente al 8.14% del total de los sufragios válidos emitidos.

Leonel Fernández le llevó una ventaja de más de 800 mil votos a su más cercano contendor, el agrónomo Hipólito Mejía.

La ventaja del candidato del Partido morado sobre sus oponentes fue notoria desde el principio, de modo tal que los jueces de la Junta Central Electoral del Tribunal no tuvieron que esperar que el conteo de los votos finalizara para declararlo ganador de los comicios.

El PLD ganó en 29 de las 32 provincias del país.

La victoria del doctor Leonel Fernández en los recién celebrados comicios se constituyó en términos absolutos en el triunfo más aplastante logrado por candidato alguno en los 12 torneos electorales celebrados aquí desde la caída de la dictadura trujillista hasta la fecha.

La victoria del doctor Leonel Fernández no debió sorprender a nadie. Encuestas realizadas por tres reconocidas firmas internacionales de sondeo de opinión pública: Hamilton Staff & Beatie; Penn Schoe & Berland; y la Gallup coincidían en proyectar al candidato del partido morado como ganador en una primera vuelta electoral.

De acuerdo con los resultados promediados de esas reconocidas firmas internacionales de sondeo de opinión pública, Leonel Fernández debía alcanzar entre un 53.1 y 58.1 por ciento de los votos válidos emitidos; Hipólito Mejía entre 25.1 y 31.2 por ciento; y Eduardo Estrella entre 8.5 y 13.3 por ciento.

Esas encuestas acertaron en lo referente a los porcentajes de votos que habían de alcanzar Leonel Fernández y Eduardo Estrella. Empero, el candidato Hipólito Mejía logró 2.6 puntos porcentuales más que lo esperado de acuerdo con los resultados promediados de esas inferencias.

Los resultados de las firmas nacionales de sondeo de opinión pública CEDEMERS y Alfonso Cabrera y Asociados no se correspondieron con la realidad.

La firma de sondeo público CEDEMERS le otorgaba a Leonel Fernández un 41.60% (15.51 puntos porcentuales menos de lo que alcanzó); a Hipólito Mejía un 38.50% (4.85 puntos porcentuales más de lo que alcanzó); y a Eduardo Estrella un 15.30% (7.6 puntos porcentuales más de lo que alcanzó).

La encuesta de Alfonso Cabrera y Asociados le daba a Hipólito Mejía un 45.6% (11.8 puntos porcentuales más de lo que logró); y a Leonel Fernández 42.3% (14.8 puntos porcentuales menos de lo que logró).

La firma encuestadora del PRSC no se quedó atrás en dar a conocer resultados que presentaron su candidato ocupando el segundo lugar en una primera vuelta y perfilándose como ganador en una segunda vuelta electoral.

El presidente Mejía utilizó para promover su candidatura cuantiosos recursos del Estado; también, dispuso la entrega o la venta a precio vil de cientos de solares y de decenas de fincas propiedades del antiguo Consejo Estatal del Azúcar (CEA)

Grandes cantidades de zinc y de madera adquiridas con recursos provenientes de la Hacienda pública fueron repartidas por los del PPH entre personas que habitan los varios carenciales de Santo Domingo y de otras ciudades del país.

Y, a pesar de los cuestionamientos hechos por de la Contraloría General al llamado Plan Renove, el presidente Mejía ordenó, en plena campaña electoral, la puesta en práctica de una nueva versión del mismo, esa vez, dizque para favorecer a miles de motoconchistas.

En la legislación dominicana, la compra de votos es un delito criminal.

En ningún momento la Junta Central Electoral se pronunció contra el uso ilegal y abusivo de los recursos del Estado de parte del presidente Mejía.

La actitud del presidente Mejía de querer permanecer en el poder más allá del 16 de agosto venidero no solamente arruinó su carrera política sino que empañó una buena parte del liderazgo emergente de su propio partido. Ahí están Rafael Suberví y Ramón Alburquerque convertidos en los reyes del disparate y en los archipámpanos de la carcajada.

Una vez finalizado el proceso de votación y conocidos los primeros resultados de las mesas electorales, civiles armados constituidos en asociaciones de malhechores comenzaron merodear por los colegios electorales con el propósito de llevarse las urnas. Delegados del sector pepehachista del PRD se negaron a firmar las actas en las mesas en que habían perdido (en casi todas), lo que provocó una tardanza en la validación y en el procesamiento de los datos.

Esos desmanes provocaron la intervención del Monseñor Agripino Núñez Collado y de los embajadores de los Estados Unidos, de España, del Canadá, y de la Unión Europea en la Junta Central Electoral; y fue lo que evitó que la voluntad de los dominicanos expresada en las urnas fuera burlada.

Los del PPH no se detuvieron a pensar en las consecuencias de sus acciones. Cientos de dominicanos podrían haber muerto la noche del 16 de mayo sin los planes macabros de esos señores se hubieran materializado.

El hecho de haber reconocido su derrota antes de la conclusión del conteo de los votos, no exime al presidente Mejía de su responsabilidad en lo que pasó la noche del 16 de mayo y en lo que pudo haber pasado.

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