Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre, ellos en la cruz. Colosenses 2: 15
Jesús nos dio una victoria aplastante al morir en la cruz, para que hoy pudiéramos hacerla nuestra y no vivamos en derrota; así manifiesta Su poder en nosotros. Por eso es tiempo de escudriñar nuestro corazón para saber cuáles son las razones que no nos permiten tomar esta victoria, y nos mantienen caminando en aflicción, desánimo, desesperanza, despojándonos de lo que nos pertenece.
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Estemos dispuestos a no aceptar más una vida fuera de las promesas del Padre Celestial, quitemos los pensamientos que nos gobiernan y no nos dan la oportunidad de tomar en el espíritu lo que fue ganado hace dos mil años.
Rompamos con la incredulidad que se encubre y no nos deja aceptar lo que fue un hecho ante nuestros ojos, marcando la historia en dos, para que en nosotros también se establezcan el antes y el después que estableció Cristo.