Jesús renace entre el pueblo judío

Jesús renace entre el pueblo judío

JERUSALÉN.  EFE. A través de iglesias evangelistas y de los Testigos de Jehová, el cristianismo ha echado raíces en el Estado de Israel, a pesar de la fuerte oposición de ultra-ortodoxos judíos que lo ven como una amenaza a su fe.

   El fenómeno no es nuevo, comenzó hace una década, pero no deja de ser paradójico en el pueblo al que pertenecía Jesús, pero que le repudió hace veinte siglos como Mesías.

 “Hay muchos sabras (nacidos en Israel) que han leído el Nuevo Testamento y aceptado a Jesús como Mesías”, afirma, no obstante, David Ortiz, pastor de un comunidad evangélica y para quien la clave es el “gran hambre espiritual” de los judíos.

  “Muchos de ellos van a la India, otros hacen yoga y, otros, abrazan a Jesús”, explica.

   Más de quince mil israelíes, según datos de las propias iglesias, han abrazado una fe que, aunque reconocida por ley en este país, les ocasiona no pocos trastornos, como el ostracismo de sus vecinos y colegas de trabajo y, con cierta frecuencia, ataques físicos.

   El último de ellos ocurrió el 21 de marzo, cuando un hijo de Ortiz, de 15 años, abrió un paquete bomba enviado a la residencia familiar que le estalló en las manos, causándole graves heridas.    La policía considera que radicales ultra-ortodoxos están detrás del ataque, lo que a Ortiz no le causa rencor.

   “Yo me siento en mi casa entre los ultra-ortodoxos; muchos de mis amigos llamaron para pedirme perdón y decirme que, aunque no están de acuerdo conmigo, lo ocurrido es injustificable”, dice.

   Nacido en Puerto Rico y criado en uno de los barrios judíos de Nueva York, Ortiz, de 51 años, llegó paradójicamente al Nuevo Testamento gracias a las indicaciones  de los ortodoxos judíos que hoy tanto repudian su actividad misionera.

   “Yo trabajaba con ellos desde niño, pero por aquel entonces no sabía que los judíos no creían en Jesús, y fui a comprar el Nuevo Testamento en una librería ortodoxa”, explica este hijo de madre católica y padre protestante.

   “Fueron ellos -subraya- los que me mandaron a una sinagoga de judíos donde creían en Jesús”.

   En su nueva creencia religiosa sólo hay lugar para la Biblia y para un amor sin límites hacia el “pueblo de Israel”, centro de la espiritualidad evangelista porque “sólo cuando los judíos regresen a su país, Jesús redimirá al mundo” de todo su sufrimiento.

   Mientras tanto, los pastores evangelistas consideran que deben preparar el terreno y “abrir los ojos” al “pueblo elegido” de Dios.

   Con esa misión llegó Ortiz hace 22 años a Israel, donde reside con su mujer, Leah, y sus 6 hijos, todos ellos, según dice, “judíos”.

   “No hay ninguna contradicción”, asegura, “ellos son de madre judía y por tanto son judíos, judíos que han aceptado a Jesús”.

   Y judíos son también la mayoría de los creyentes que frecuentan las decenas de iglesias evangelistas distribuidas por todo el país.

   Una parte de los que abrazan la fe de Jesús son inmigrantes y la otra israelíes de nacimiento que se han abierto a la cultura cristiana en las últimas décadas, dejando atrás sentimientos antagónicos que sus antepasados desarrollaron por las persecuciones de la Iglesia Católica.

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