POR A. CASTROVINCE
De  MLB.com
WINTER HAVEN, Fla. – Al mirar las señales del receptor Víctor Martínez desde su posición en el siore, lo único que Jhonny Peralta podía ver era una sombra. Fue en ese momento que, en el último mes de la temporada del 2006, Peralta supo que era momento de ponerse unos lentes de contacto.

“Lo sentía bien”, dijo Peralta. “No veía bien la bola y cuando jugaba en el siore no veía las señas en el plato. Sabía que tenía problemas con mis ojos”.

Peralta estaba en lo cierto. Lo diagnosticaron con miopía el mismo año, pero optó por no usar los lentes que le dieron porque no le gustaba la forma en que se sentía.

En las dos últimas semanas, sin embargo, comenzó a usar los lentes, y su actuación mejoró bastante ante los ojos del dirigente Eric Wedge.

Es demasiado pronto para saber si la mejoría de Peralta fue un resultado directo de la corrección de la vista o solo las lecciones de un largo 2006 finalmente cuadrando. Pero Peralta no se tomó riesgos y se sometió a una operación en diciembre para resolver el problema permanentemente.

“Traté de usar los lentes, pero era demasiado difícil”, dijo Peralta. “Esto está mucho mejor”.

Poder leer las señas de un receptor es algo crucial en el éxito del siore en el terreno, porque le ayuda a anticipar lo que viene y dónde debe posicionarse.

Para Peralta, esas señas fueron un misterio durante el 2006 y ciertamente se demostró en su actuación. Fue criticado frecuentemente por Wedge al no atrapar las bolas que debía.

Ahora, mientras los Indios se preparan para el 2007, Peralta, quien se reportó a los entrenamientos el martes, está bajo escrutinio. La única decisión legítima para los campamentos será escoger un infielder utility para apoyar a Peralta.

Peralta y los candidatos Héctor Luna, Luis Rivas, Joe Inglett, Keith Ginter y Mike Rouse entrenaron defensa el martes en la mañana y Wedge se sintió bien con Peralta.

“Quedé complacido con lo que vi”, dijo Wedge. “Está más fuerte. Físicamente, fundamentalmente y mentalmente. Ha trabajado todas esas áreas. Debe servirle en su juego general”.

A pesar del inconveniente de dejar caer los lentes de contacto en sus ojos, Peralta siente que su visión mejorada le ayudó en ambas fases de su juego el pasado septiembre. Durante los últimos siete juegos de la temporada, Peralta bateó para .348 y empujó cuatro carreras.

“Podía verlo todo mejor”, dijo. “La semana pasada, sentí que bateé bien la bola y todo. Veremos si esta operación puede ayudar un poco”.