Los símbolos se constituyen en una razón poderosa que permiten cruzar los linderos de la propia vida. Se descubren con el amanecer, con cada puesta de sol o simplemente con el día a día que se traduce en trabajo, afecto, amor y esperanza.

De ahí parten sus colores, como el que sabe que con su oficio ha descubierto algo hermoso y maravilloso que es capaz de lograr lo que antes era imposible. Con su pincel, Jhonny Rotestán descubre lo esencial y crucial, y en dónde la naturaleza reina en su totalidad.

En su exposición “Mitos de los símbolos”, a inaugurarse el próximo martes 16 de diciembre, expondrá lo que ha definido como expresionismo figurativo, desde donde ha podido cabalgar en su propio imaginación y realizar de forma espontánea su trabajo pictórico.

Así también juega con los volúmenes y la composición, a través de la luz, la sombra y los colores, especialmente esos azules, rojos, naranjas y violetas que resultan característicos de sus obras.

Ya desde sus primeras creaciones, el artista plástico se descubre sensible a las emociones y a su entorno, dispuesto a exponer en un lienzo lo que le preocupa, enternece y apasiona.

Tiene muy presente la frase de Jean Auguste Dominique, “como se dibuja se pinta”, razón por la que no ha cesado de estudiar y lograr productivos avances en sus estudios de dibujo.

En la Escuela de Bellas Artes recibió los conocimientos clásicos que le han servido de base en su carrera, pero cuando decide escoger su estilo se inclina por el moderno, saliendo a relucir mucho su espontaneidad. También estudió Arte Publicitario en la UASD.

Desde niño, a Rotestán le llamó mucho la atención los buenos dibujos que calzaban los afiches, los paquitos y las películas de vaqueros que tanto disfrutaba. De ahí que hoy insista tanto en la realización del dibujo, como algo principal en su trabajo.