Jimaní es todavía foco de atención

Jimaní es todavía foco de atención

JIMANÍ, Independencia.- La catástrofe de Jimaní despertó el interés y la solidaridad con una comunidad que vio morir a gran cantidad de sus hijos arrastrados por el río Blanco la madrugada del 24 de mayo.

En poco tiempo, Jimaní dejará de ser foco de atención, mientras los que sobrevivieron al desastre quedarán marcados por las pérdidas de sus seres queridos y el recuerdo permanente de lo que por años fuera el desaparecido barrio La 40.

«Hay mucho dolor y la gente mantiene la esperanza de volver a ver a sus familiares que se llevó la riada», dijo monseñor Benito Ángeles, secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano, quien al igual que otros, considera que la vida debe continuar y crearse las condiciones para hacer de esta comunidad un nuevo Jimaní.

Para ello, plantea el sacerdote, se hace necesario ver más allá y pensar en convertir a esta zona de desastre en un nuevo Jimaní.

Está consciente que la catástrofe en el barrio La 40, que ha provocado hasta el momento de acuerdo a cifras de la Comisión Nacional de Emergencia (COE) en Jimaní más de 500 muertos, unos 1,600 damnificados, pérdidas de casas, ganado y sembradíos, engendrará problemas sociales y sicológicos en los afectados. A esa realidad hay que buscarle soluciones urgentes.

A Jimaní, dijo, en lo adelante hay que vislumbrarla desde una visión estratégica, de una planificación auténticamente de desarrollo.

Lo ideal sería la implementación de un proyecto integral de desarrollo provincial, subraya.

«Hace falta una voluntad política, social y comunitaria para la integración de todos los sectores en una planificación estratégica para que Jimaní no se quede truncado y alcance mejor nivel de desarrollo», dijo el sacerdote Benito Ángeles a periodistas, entrevistado en la casa parroquial de la iglesia de Jimaní, luego de sostener una reunión con los curas de esa comunidad con el presidente electo, Leonel Fernández.

Los representantes de la Iglesia Católica de aquí junto a la comunidad tienen listos un proyecto de desarrollo de Jimaní después del desastre, el cual fue presentado para ejecución al actual gobernante, Hipólito Mejía cuando visitó la zona, al igual que al presidente electo en la reunión con los sacerdotes la semana pasada.

Monseñor Ángeles dijo que el presidente Mejía se comprometió de asumir la responsabilidad de todo lo que fuera la atención inmediata a favor de los damnificados y lo que corresponda durante el período de transición.

De hecho, el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) anunció la construcción de 300 viviendas más que las que necesitan los damnificados.

En tanto, el presidente electo dijo que la ayuda de su gobierno será directa.

Fernández favoreció la creación de una comisión permanente integrada por todos los sectores sociales, políticos, gubernamentales, comunitarios y religiosos de Jimaní, que se encargue de hacer un inventario de los daños ocasionados por la riada, para de manera planificada ir dando soluciones a los problemas de acuerdo con la urgencia de cada una.

Las múltiples donaciones y ayudas en dinero en efectivo para los afectados de Jimaní hechas por instituciones y personas particulares de la República Dominicana y del extranjero, así como con recursos del gobierno, podrían ser aprovechadas para que los damnificados del barrio la 40 y el pueblo en general cambien su entorno y su vida.

[b]DEMANDAS[/b]

Un proyecto de desarrollo elaborado por la Iglesia Católica, representada en Jimaní por el párroco José Ramón de la Cruz y el padre Fernando Peña, vicario cooperador, junto con la comunidad citan como soluciones urgentes la construcción de las viviendas de los damnificados, así como la provisión de vestidos, comida, medicamentos y atenciones médicas, tanto sicológicas como siquiátricas.

Señala que a mediano y largo plazo es necesario crear centros productivos para la gente sostenerse; la construcción de un mercado modelo, un matadero y un recuperar las zonas de siembras agrícolas en Sierra Prieta.

En lo que respecta al ámbito educativo, dijo que Jimaní necesita reconstruir el liceo, construir otra escuela primaria y una escuela técnico laboral.

Para amortiguar el efecto negativo de la catástrofe se plantea la construcción de obras deportivas y áreas de recreación infantiles.

Asimismo un área de crianza caprina, la construcción del acueducto con una planta de tratamiento de aguas residuales y sistemas cloacales, arreglos de calles y contenes. Las oficinas de la Secretaría de Obras Públicas que sean equipadas para brindar sus servicios, así como los organismos la Cruz Roja, los Bomberos, la Defensa Civil, entre otros.

La terminación del edificio de la gobernación provincial y del edificio de los médicos, para que los galenos puedan continuar brindando sus servicios en Jimaní. También la construcción de un muro de contención del río Blanco y las carreteras de entrada al pueblo.

Los pobladores de aquí proponen que la zona de la tragedia en el barrio La 40 sea declarada área protegida hasta que se levante un monumento en recordación de todas las personas muertas por la riada. También plantean el retiro de la cárcel de Jimaní del centro de la ciudad.

Lograr ese plan requeriría de un equipo de trabajo profesional, multidisciplinario y efectivo tanto por la gente del gobierno actual y del que estará a partir del 16 de agosto, así como por las organizaciones de servicio, las iglesias y todos los sectores políticos.

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