El dirigente reformista Joaquín Ricardo defendió, en carta al director de este diario, la figura del doctor Balaguer en respuesta a declaraciones del presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Emilio Cordero Michel, que se opone a que el nombre del ex-mandatario sustituya el de Máximo Gómez en la avenida así denominada. A continuación el texto de la carta:

“Hemos leído las declaraciones del presidente de la Academia Dominicana de la Historia, licenciado Emilio Cordero Michel, publicadas en la página 13B de la edición correspondiente al día 16 de los corrientes, relacionadas con la propuesta de designar con el nombre del doctor Joaquín Balaguer un tramo de la avenida Máximo Gómez en el Distrito Nacional.

Debemos admitir que no nos sorprende el contenido de las referidas declaraciones pues el señor Cordero tiene todo el derecho  a emitir su opinión. Lo que resulta inquietante es la falta de objetividad que revela y la grosera tergiversación del proceso histórico dominicano exhibida, así como el innecesario denuesto a prominentes figuras  de naciones amigas. 

En lo concerniente a la figura del que fuera siete veces presidente de la República, el doctor Balaguer ocupa, desde hace mucho tiempo, un sitial preferente en la galería de nuestros hombres más prominentes. Y lo ocupa por la extraordinaria e inigualable obra de gobierno desarrollada en favor de las grandes mayorías nacionales. No solo nos referimos a las obras de infraestructuras  que se erigieron en toda la geografía, sino a las transformaciones realizadas  en el cuerpo social de la República con la formación de una pujante clase media hoy casi extinguida, así como a la revolución causada por las Leyes Agrarias en favor del hasta entonces desamparado campesino dominicano.

No negamos que hubo dolorosas confrontaciones no buscadas por el gobierno durante los primeros años de ejercicio del doctor Joaquín Balaguer; pero lo cierto es que las mismas se produjeron en el marco de influyentes presiones exógenas derivadas de dos corrientes  antagónicas marcadas por  la denominada Guerra Fría. Las desafortunadas afirmaciones del Presidente de la Academia de la Historia sobre el endeudamiento externo, causante de dos intervenciones en el país que curiosamente no menciona el entrevistado, y la corrupción que maliciosa y perversamente le atribuye a la persona del doctor Balaguer permite que llegue a nuestra memoria la frase del Apóstol José Martí: “El odio es un tósigo; ofusca, si no mata, a aquel a quien invade”. El doctor Balaguer conquistó el derecho de figurar en la galería de nuestros héroes y ahí permanecerá. Finalizamos recordando otra frase del más ilustre de los hijos de Cuba: “No hay medida mejor de la superioridad de un adversario que la cólera de sus enemigos“.