El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresó ayer, domingo, a la Casa Blanca después de una gira de cuatro días por Oriente Medio con luces y sombras, pero cuyos resultados no podrán analizarse con claridad hasta dentro de un tiempo.
La gira de Biden fue como una tormenta de arena en el desierto- rápida, con giros inesperados y, a veces, tan densa que no se podía ver con claridad lo que estaba enfrente. “Hay que dejar que el polvo se asiente”, aconseja en declaraciones a Efe Hussein Ibish, especialista en los países del golfo Pérsico.
La diplomacia en Oriente Medio, explica Ibish, siempre es “sutil» porque muchos países tienen conflictos que se remontan décadas o, directamente, ni siquiera mantienen relaciones diplomáticas como es el caso de Arabia Saudí e Israel, a su vez archienemigos de Irán.
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Lo primero en lo que fijarse será la producción de petróleo. Los líderes de Arabia Saudí, el mayor productor de crudo del mundo, no se han comprometido con EE.UU. a extraer una cantidad concreta para mitigar los precios, disparados por la guerra en Ucrania y las sanciones de Occidente.
No obstante, EU asegura que se verán pasos para estabilizar los mercados.
Bernie Sanders criticó a Joe Biden por su viaje a Arabia Saudita
El senador demócrata Bernie Sanders criticó este domingo al presidente estadounidense, Joe Biden, por viajar a Arabia Saudita y reunirse con el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, a quien Estados Unidos acusa del asesinato de Jamal Khashoggi en 2018.
«El líder de ese país está involucrado en el asesinato de un periodista del Washington Post. No creo que ese gobierno deba ser premiado con la visita del presidente de Estados Unidos», dijo Sanders en una entrevista con la cadena ABC.
Biden, por su parte, consideró este domingo que su polémico saludo con bin Salmán no es un tema importante, aunque Irán sostuvo que Washington busca generar tensión en la región.