Legends Field en Tampa, Fla., En la apertura de los campos de entrenamiento primaveral con el tipo de discurso que lo ha caracterizado durante su estancia de 12 años como mánager de los Yankees.

Las palabras serán profesionales y tranquilizadoras, sin trucos o emociones ridículas. Los jugadores lo escucharán atentamente; siempre lo hacen. Los Yankees saben que Torre ha completado un milagro moderno, llevando a la franquicia de la era del Zoológico del Bronx a su presente versión catalogados como el «Microsoft» del béisbol.

La transición ha sido suave, ha pasado un largo periodo desde que los predecesores de Torre crearon su propia marca de controversia — desde las borracheras de Billy Martin, a las descargas de furia de Lou Piniella, a las boconerías de Dallas Green.

Desde ese entonces, una generación entera de fanáticos de los Yankees han crecido con Torre; pareciera que ha estado siempre en el Bronx. La pregunta es, ¿cuánto más quiere ser mánager Torre? Su actual contrato de tres años expira luego de la temporada 2007, y nadie en la organización está hablando de una extensión.

Increíblemente, Torre irá a los entrenamientos primaverales sin seguridad de empleo, lo que no era un problema cuando los Yankees dominaban a su antojo la Liga Americana a finales de los años 90. Pero vienen de un octubre turbulento, cuando los Mulos salieron de la postemporada en la primera ronda, y por poco despiden a su mánager. Tuvo que intervenir el gerente general Brian Cashman para que el dueño George Steinbrenner no despidiera a Torre. Cashman convenció al Jefe que a pesar de la derrota en cuatro juegos ante los Tigres — y una declaración contundente de Gary Sheffield, que dijo que los Yankees no estaban preparados psicologicamente para la Serie Divisional — Torre todavía tenía lo necesario para manejar los egos de las superestrellas en el camerino. Nada ha cambiado para Torre en los últimos dos meses; Cashman todavía lo apoya, y Steinbrenner, quien ha estado largamente callado en esta temporada muerta, no ha dado indicación alguna de que Torre comenzará la temporada 2007 con un ancla sobre su cabeza.

Pero el club ha hecho algunas movidas sutiles. Don Mattingly fue promovido de instructor de bateo a coach de la banca, mientras Joe Girardi, ganador del premio de Mánager del Año en la Liga Nacional luego de haber sido despedido por los Marlins, estará ahora en la cabina de transmisión de TV de los Yankees.

En adición, aún cuando los Yankees despidieron a Mazzilli, su coach de la banca en la pasada temporada, se quedaron con tres ex mánagers, Joe Kerrigan (coach de bullpen), Larry Bowa (coach de tercera base) y Tony Pena (coach de primera base). Ese inusual roster abre toda clase de escenarios mientras Torre comienza una nueva, y quizas, su última temporada en el uniforme a rayas.